José Mourinho, «The Special One» con muy mala leche

«Dios tiene que pensar que soy un tío cojonudo. Lo tiene que pensar, si no, no me daría tanto», es una de las tantas perlas que José Mourinho ha dejado en su explosiva carrera como entrenador. Oporto, Chelsea, Inter de Milán, Real Madrid, y una segunda etapa en el Chelsea, han sido los banquillos por donde el luso ha pasado como un ciclón. 'Títulos y polémicas' bien podría ser un malo, pero evidente, guión de su bibliografía. Siempre en el ojo del huracán, ha levantado Ligas, Copas, Champions League... y todo lo que su feroz ambición le ha permitido. En un escalón mediático similar al que ostentan Messi o Cristiano Ronaldo, el S.XXI futbolístico no se entendería sin «The Special One».

Sí, sí, «The Special One», el tipo que se definió a sí mismo en su presentación como técnico 'blue' allá por 2004. La hazaña de ganarlo todo con el sorprendente Oporto le valió un billete destino Londres, cargado con una suculenta suma de dinero que el magnate ruso, Román Abramóvich, había puesto previamente sobre la mesa. Ni corto ni perezoso, 'Mou' se sentó delante de la prensa británica en su presentación y espetó: «Por favor, no me llaméis arrogante, pero soy campeón de Europa. Yo no soy uno más. Yo soy el elegido». Desde ese momento, aquella definición le ha acompañado durante su travesía por Italia, España y otra vez Inglaterra. Sin duda, pocos pueden discutir un apodo ganado a pulso en cada gesto o declaración que ha brindado.

Nadie duda a estas alturas que su paso por el Real Madrid ha marcado un antes y un después en el fútbol contemporáneo de nuestro país. Las grandes turbulencias que provocó, evidenciadas sobre todo a raíz de la suplencia de Casillas , han dejado como resultado una fractura abierta en el seno de la afición madridista. Amado y odiado a partes iguales, Mourinho siempre ha renegado de lo políticamente correcto. Esta cualidad le ha llevado a verse involucrado en numerosas polémicas, algunas de las cuáles se han vuelto en su contra con el paso de los años. Solo hace falta leer lo que dijo después de dejar el que hoy es su actual club: «El Chelsea miró hacia adelante y yo también. Yo sigo ganando cosas importantes y ellos... algo. Ganaron la FA Cup».