barcelona
Zubizarreta, el paraguas ideal de Bartomeu
La afición culé se ceba con el exportero por su errática gestión, cosa que libera parcialmente de responsabilidad al presidente
![Zubizarreta, el paraguas ideal de Bartomeu](https://s1.abcstatics.com/Media/201411/25/zubi-efe--644x362.jpg)
Leo Messi superó a Telmo Zarra el pasado sábado contra el Sevilla y, como no podía ser de otra manera, el Barcelona tenía preparado un vídeo para celebrar el récord en caliente junto a la afición, que excepcionalmente permaneció en el Camp Nou hasta el pitido final pese al marcador abultado (5-1). En poco más de cuatro minutos, el club felicitó al argentino con imágenes de goles, sonido de narraciones y la aparición de portavoces presentes hoy tanto en el vestuario como en los despachos. Importante el segundo matiz, ya que a cada intervención de Josep Maria Bartomeu o Andoni Zubizarreta en el metraje la grada culé respondió con una sonora pitada, cosa que por una parte oscureció el homenaje y por otra demostró que a la mínima exposición del presidente y del director deportivo en el mayor foro culé, el rechazo y la crítica se imponen en contraste con el crédito que pasean los protagonistas puramente deportivos: en en este caso Messi, el resto de capitanes del primer equipo (Xavi, Iniesta y Busquets) y el cuerpo técnico (Luis Enrique y Unzué).
Pasados dos días de reflexión tras el incidente, Zubizarreta tuvo la oportunidad de explicarse antes de salir con el equipo rumbo a Chipre. «Igual los que no somos futbolistas no deberíamos haber salido en ese vídeo», opinó, consciente de que el juicio público a su gestión y a la del presidente pudo haberse evitado, más aún considerando el contexto festivo que se pretendió dibujar en un día especial. Por otra parte, es cierto que el público no supo (o no quiso) separar conceptos ni valoró el gesto de ambos dirigentes después de una semana a vueltas con el futuro de Messi , pero su respuesta espontánea, por esta misma razón, pone todavía más de manifiesto la profundidad de un hartazgo alimentado, por ejemplo, por el estrambótico fichaje de Douglas Pereira o la decisión de contratar a Thomas Vermaelen aun sabiendo que estaba severamente lesionado en los isquiotibiales.
Ambos son casos recientes de un historial, el de Zubizarreta, que desde 2010 viene marcado por la indefinición de su cargo. Eso sí, tras la renuncia de Guardiola y la dimisión de Sandro Rosell su figura ha tomado más protagonismo en la planificación deportiva, aunque a la hora de la verdad se le aparte de las negociaciones en detrimento de los ejecutivos del club. Pese a la oposición de algunos miembros de la junta directiva, «Zubi» pudo diseñar la «remodelación profunda» junto a Luis Enrique y tuvo el permiso suficiente para determinar, antes de que llegara Bravo a petición expresa del técnico, que Ter Stegen reunía las características adecuadas para suplir a Valdés. Sin embargo, y aun sabiéndose que el exportero no es padre de todas las operaciones, la crítica se ceba con él por acumulación, algo que por otra parte libera parcialmente a Bartomeu, que está convencido de su legimitidad para ostentar la presidencia hasta 2016 a cobijo de un director deportivo muy discutido.
Calvario Vermaelen
Zubizarreta, todo un superviviente, tuvo que responder sobre la tercera recaída de Vermaelen, cuyo debut estaba previsto para la visita copera al campo del Huesca. «No sabemos si pasará por el quirófano, hay que buscar lo mejor para él. Los médicos decidirán qué hay que hacer», manifestó sobre el central belga, sugerencia suya para completar la demarcación de central izquierdo, donde Mathieu cumple hasta ahora notablemente.
Noticias relacionadas