El fiscal ultima la querella contra los participantes en el Levante-Zaragoza

david álvarez

15/10/2014
Actualizado a las 14:12h.

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El fiscal Alejandro Luzón no esperaba demasiado de las declaraciones del primer grupo de 18 implicados en el presunto amaño del partido Levante-Zaragoza de 2011 , a los que había citado el 2 y 3 de octubre en la sede de la Fiscalía Anticorrupción de Madrid. Durante meses había acumulado indicios contra 33 de los participantes en aquel partido -31 jugadores; el entonces presidente zaragocista, Agapito Iglesias; y su técnico, Javier Aguirre-, pero no confiaba en que ninguno reconociera su implicación en el arreglo del último encuentro de aquella temporada, cuyo resultado (1-2) salvó in extremis a los aragoneses. Había preparado un cuestionario breve, pensando en que el juez, en su momento, seguiría profundizando. Con lo que no contaba es con las prisas de los jugadores.

-¿Recuerda alguna circunstancia especial...?

-Fue un partido normal.

-Pero si no me ha dejado terminar la pregunta. -se quejó una y otra vez el fiscal.

Según fuentes conocedoras del desarrollo de los interrogatorios de aquellos días, las interrupciones de los jugadores a las preguntas del fiscal fueron constantes y con el mismo guion: «Fue un partido normal», era la letanía con la que cortaban la curiosidad de Luzón. Para él no lo fue, y ya ultima la querella que interpondrá en las próximas fechas en un juzgado de Valencia, ciudad donde se disputó el partido sospechoso, contra una treintena de futbolistas de ambos equipos, Agapito Iglesias y Javier Aguirre, que presuntamente participaron en el arreglo de aquellos tres puntos.

Pese a las evasivas apresuradas, esa primera tanda de declaraciones resultó fructífera, según fuentes conocedoras de la investigación. Principalmente por las contradicciones en las que incurrieron los exjugadores del Real Zaragoza y su entonces presidente, Agapito Iglesias.

Cuando los recibió, el fiscal tenía acreditadas diversas transferencias realizadas desde el club a nueve de sus jugadores y a Javier Aguirre en los días previos al encuentro. Cantidades que en total rondaban los 90.000 euros por cabeza, y que todos ellos retiraron poco después, también antes del partido. Esos movimientos, detectados en los controles posteriores a la entrada del club en concurso de acreedores suponen el primer rastro de la presunta compra. Ahí es donde chocan las versiones.

Como ya había hecho en su día a las preguntas de los auditores, Iglesias dijo a Luzón que se trataba de primas a sus futbolistas. A ellos, el fiscal les preguntó qué habían hecho con el dinero después de retirarlo: «Hice lo que me pidió el club», contestó Gabi , entonces capitán de los maños, y hoy del Atlético de Madrid. Según dijo, había devuelto el dinero en efectivo al Zaragoza. Convertido en negro. Ahí se pierde el rastro a alrededor de un millón de euros, que la Fiscalía cree que terminaron repartidos entre los jugadores del Levante.

Sobre eso también tiene el fiscal Luzón documentos, reunidos con ayuda de la Unidad de Apoyo de la Agencia Tributaria. El discurrir de los movimientos de las cuentas de muchos de los jugadores del equipo valenciano registra elocuentes y extensas lagunas. Según fuentes de la investigación, pasaron largos periodos de tiempo sin retirar fondos, indicio de que usaban dinero de otra procedencia. Eso también lo negaron ante el fiscal. «Fue un partido normal».

Pese a la letanía de la primera tanda de declaraciones, de ahí salieron nuevas citaciones para mañana. Con lo que se deduzca de ellas y con la documentación que espera de nuevas diligencias en marcha, Luzón terminará la querella en la que aparecerán nombres como Gabi, Ballesteros, Ander Herrera, Stuani, Juanfran, Iborra...

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