Rosberg saca el orgullo

De vez en cuando, Hamilton no consigue la pole en la Fórmula 1. Ese día hay noticia, aunque no sorpresa. Si no es él, es su compañero en Mercedes Nico Rosberg. El alemán se hizo con la primera plaza en la parrilla del GP de Rusia en otro doblete del coche imbatible. Alonso fue decimosexto, aunque saldrá último por la penalización en el cambio de motor. Una sesión marcada por la ausencia de Carlos Sainz. El madrileño se accidentó con violencia dos horas antes y, sin heridas en el cuerpo, ya anunciaba desde el hospital que quiere correr mañana.

La Q1 era no hace mucho tiempo un trámite. Un tránsito hacia el escalafón dominante en la Fórmula 1 de sábados pletóricos o que al menos prometían lucha. Lo de ahora es un horror para los aficionados españoles. En Sochi, éste fue el diagnóstico: Carlos Sainz, sin disputar la ronda, en el hospital después de su accidente; Fernando Alonso, eliminado entre los cuatro peores pilotos que no pasaron el corte, puesto 16; y Roberto Merhui, que regresaba a la competición después del descarte ante Rossi, último en la sesión. La vida ha cambiado para los españoles en la F1.

Para entonces ya se vio en la Q2 que había un abismo sideral entre los Mercedes y el resto de concursantes. Otro sábado sin oposición. En la segunda manga cayó Button junto a Kvyat, Nasr, Maldonado y, en un carrusel de errores, Massa.

Un error de Hamilton en la Q3 y una buena mañana de Rosberg le otorgaron la pole al alemán, siempre a la sombra del inglés y en Rusia por delante. A su vera, todos los motores Mercedes, con especial rendimiento de los Williams, notable concurso de los Force India y entre medias, como un islote, los Ferrari de Vettel y Raikkonen.