Fórmula 1

Bendita locura en Hungría

Vettel se impone en una sensacional carrera plagada de incidentes en la que Alonso terminó quinto

Bendita locura en Hungría

J. Asprón

En una Fórmula 1 dominada por circuitos colosales situados en países exóticos, donde el aroma a dinero es más poderoso que el de la gasolina, la permanencia de trazados como el de Hungaroring parece una extravagancia. Sin embargo, en la celebración de su trigésimo gran premio demostró la necesidad de que trazados como éste, alejados de los patrones que manejan en la actualidad Ecclestone y Tilke, su arquitecto de cabecera, tengan un hueco en el calendario.

Hungaroring deparó la carrera más loca y apasionante de toda la temporada, con un resultado completamente inesperado y en el que los incidentes se sucedieron uno tras otro sin descanso hasta convertir la clasificación final en un galimatías. Fue una bendita locura, una carrera de autos de choque que brindó un último homenaje a Jules Bianchi . El francés, allá dónde esté, habrá disfrutado de lo lindo.

Lo principal de todo lo acontecido es que Sebastian Vettel doblegó el imperio absolutista de los Mercedes y se llevó su segunda victoria de la temporada. Hamilton y Rosberg ni siquiera pisaron el podio, la primera vez que pasa desde Australia 2014. El primero, líder del Mundial, terminó sexto después de una salida de pista, un choque con Ricciardo y un «drive-through». Rosberg, que también se tocó con el australiano en otro lance de carrera, perdió la segunda plaza por un pinchazo y se conformó con ser octavo

Fue la típica carrera por eliminación. Los menos insensatos fueron los que quedaron vivos, y en esas condiciones McLaren salió de la cueva para lograr su mejor resultado del año. Fernando Alonso terminó quinto, remontando desde la decimoquinta posición y encontrando por primera vez un coche a la altura de sus rivales. Button, noveno, completó el pequeño festival. Los dos McLaren en los puntos.

Nada de lo que ocurrió se pareció lo más mínimo al guión marcado de inicio. La mala salida de los Mercedes y una fantástica de los Ferrari, que de todo hubo, alteró las posiciones de cabeza nada más empezar. Vettel y Raikkonen salieron como flechas y durante dos tercios de la carrera soñaron con el doblete . Hubiera sido el primero desde Alemania 2010, en el primer año de Alonso con la escudería italiana, en la ya famosísima carrera en la que Massa recibió la orden de dejar pasar a su compañero («Felipe, is faster than you»). Una avería en el coche de Kimi desinfló la posibilidad y acabó retirando al finlandés, pero Vettel se sostuvo en cabeza hasta el final, incluso cuando un accidente de Hulkenberg agrupó de nuevo al pelotón, y celebró a lomos de un brillante bólido rojo que encontró en las altas temperaturas del fin de semana su mejor aliado.

Por detrás, Hamilton pagó caro su mala salida. Con los nervios por recuperar la posición se salió de la pista y cayó hasta la décima plaza. Su feroz remontada le llevó a la cuarta plaza, pero se cebó en la lucha con Ricciardo y acabó sancionado por causar una colisión con el australiano. Su carrera fue un cúmulo de desastres, pero se benefició del caos colectivo y acabó incluso por delante de Rosberg, que también se las tuvo tiesas con el líder de Red Bull y perdió la segunda posición por un pinchazo. Ese segundo escalón del podio lo heredó Kvyat, el primero en la carrera del ruso.

Carlos Sainz sufrió un nuevo abandono, el tercero consecutivo, después de estar peleando con Alonso por esa quinta plaza final. El Toro Rosso del madrileño tuvo un fallo eléctrico a pocas vueltas del final.

Bendita locura en Hungría

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