fórmula 1 - gp austria
Hamilton nunca perdona
Séptima pole del inglés en ocho carreras. Sainz brilló mientras llovió. Alonso, que saldrá último, fue decimoquinto
![Hamilton nunca perdona](https://s2.abcstatics.com/Media/201506/20/44607703--644x362.jpg)
Con la pieza a la vista, Hamilton no perdona. También en Austria saldrá el primero. Siete poles de ocho posibles en una secuencia sin fin que ha anestesiado la Fórmula 1. Solo si fallan los dos Mercedes puede pasar algo. Pudo pasar con la lluvia, que alteró la clasificación del sábado e hizo brillar a Carlos Sainz. Pero se secó el piso y nada nuevo sucedió en este año anodino de F1. Fernando Alonso logró el decimoquinto mejor tiempo, aunque saldrá en la última fila con su compañero jenson Button, penalizados ambos hasta la extenuación por sustituir motores y cajas de cambio.
Mientras la lluvia se impuso en el Red Bull Ring, la alternancia y la novedad se abrió paso. El agua suele condicionar los resultados en la F1 y delimita quién conduce y quien sobrevive. Carlos Sainz se marcó una ronda espectacular en la Q1 con la pista a medio mojar y calzado con neumáticos intermedios. Fue el mejor en la pista durante algunas vueltas, hasta que llegó Rosberg y le quitó el privilegio. Hamilton tuvo dificultades y no mandó como acostumbra, mientras los McLaren mostraron durante algunos momentos de agua el potencial que algún día llegará. Button lideró la manga en un instante que pareció un espejismo de un par de segundos. Luego, cuando se secó el asfalto, fue eliminado junto a Kimi Raikkonen ( que se aleja cada vez más de renovar por Ferarri), sergio Pérez, Merhi y Stevens. Alonso (15) se salvó por milésimas.
La normalidad se instaló con la pista seca de Spielberg. Ya todo fue como casi siempre este año. Los Mercedes al mando, Ferrari y Williams en persecución y los demás tratando de escalar a la última fase. No lo consiguieron Carlos Sainz y Fernando Alonso. El madrileño fue una centella con el agua y más lento en seco. El asturiano, en su papel 2015.
La Q3 resultó lo esperado: el enésimo duelo de los Mercedes contra sí mismos. Y como siempre, ganó Hamilton a Rosberg. Ambos coches acabaron en la arena, ambos fuera de la pista en una última vuelta anecdótica.
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