Fórmula 1 | GP de Japón
Alonso-Ferrari: fin a cinco años de sinsabores
El español se marchará a final de temporada con un balance de tres subcampeonatos, dos de ellos decididos en la última carrera
Todo hace indicar que no hay marcha atrás. Fernando Alonso disputará el próximo 23 de noviembre, en Abu Dhabi, su último gran premio con Ferrari. El asturiano y la marca italiana han decidido romper de formar amistosa el acuerdo que les vinculaba hasta 2016. No comparten ya los mismos objetivos. El bicampeón español, con 33 años y en un momento dulce de pilotaje, necesita un coche ganador desde ya que le permita pelear por alguna corona más. El proyecto de Ferrari es a largo plazo, y no son capaces de garantizarle resultados para el año que viene.
Así las cosas y si el español no vuelve a ganar de aquí a final de año, Alonso se despedirá de Ferrari con un balance de tres subcampeonatos, dos de ellos decididos en la última carrera, y 11 victorias en un total de 96 carreras. En ese tiempo Alonso ha sumado también 4 poles, 8 vueltas rápidas y, sobre todo, un total de 44 podios. Su porcentaje se acerca casi al 50 % pese a las evidentes dificultades que se ha encontrado en estos cinco años por pilotar un monoplaza competitivo.
La andadura de Alonso en Ferarri ha resultado un camino lleno de espinas. Llegó en 2010 tras dos temporadas abruptas en Renault y como el hombre llamado a suceder a Schumacher en el Olimpo de la escudería con mayor historia del campeonato. Su arranque fue inmejorable, con una victoria en Bahrein en su primera aparición oficial con el bólido rojo. Aquel triunfo fue un espejismo. Red Bull asumió el mando del campeonato y Alonso no volvió a ganar hasta finales de julio en Alemania, en la ya famosa carrera en la que obligaron a Massa a ceder la posición al español ( «Felipe, Fernando is faster than you» ).
Abu Dhabi 2010 es el peor recuerdo en la carrera de Alonso, la única vez que se bajó del coche con lágrimas
Alonso volvió a ganar en Monza —con éxtasis incluido de los tifossi ferraristas—, Singapur y Corea. Y llegó líder a la carrera final en Abu Dhabi, con 8 puntos de ventaja sobre Webber y 15 sobre Vettel. Aquella carrera supone el peor recuerdo en la carrera de Alonso, la única vez en la que se le pudieron ver lágrimas en los ojos tras bajarse del coche. Cayó en la trampa de Red Bull y siguió a boxes a Webber en una parada precoz que permitió escaparse a Vettel. Alonso salió en mitad del pelotón, ahogado por el tráfico, e incapaz de superar al Renault de Vitaly Petrov durante 39 vueltas agónicas. El título se esfumó de forma cruel y su primer año vestido de rojo terminaba en pesadilla.
En 2011, el año del resarcimiento, apenas pudo ganar una carrera (Gran Bretaña) mientras asistía al rodillo impuesto por Vettel, que acabó el año con once victorias y con más de cien puntos de ventaja sobre el subcampeón.
Alonso volvió a acechar el título en 2012, de nuevo en una durísima pelea con Vettel que les llevó a jugarse la corona en la última carrera del año, en Brasil. Alonso llegaba a 13 puntos del alemán y lellevó al límite. Fue campeón durante muchas vueltas, pero Vettel salió a flote a bordo de una actitud heroica que le permitió remontar desde la última posición de la parrilla hasta el sexto puesto final, suficiente para ganar el campeonato por tres puntos.
En 2013, año impar, volvió a ganar Vettel por aplastamiento: 13 victorias, las últimas nueve de forma consecutiva. No hubo ni el más mínimo resquicio para meter mano al bólido del alemán, que se proclamó campeón a falta de tres pruebas. Alonso fue el único piloto capaz de plantar cara al dominio de Red Bull. Firmó un nuevo subcampeonato, el tercero en cuatro años, y sumó dos victorias en China y Montmeló, la primera vez que subía a lo más alto del podio en casa vestido de Ferrari.
Y la aventura terminará cuando acabe este Mundial 2014, un año en el que Ferrari tenía puestas todas sus esperanzas con el cambio de reglamento y la reincorporación de los motores turbo. Pero a la hora de la verdad, el equipo italiano ha vuelto a estar demasiado lejos de la cabeza. Ya no es Red Bull, sino Mercedes, el gran dominador, y Ferrari puede acabar el año sin una sola victoria, algo que no sucedía desde 1993. Salieron Domenicali, Marmorini e incluso Montezemolo . Y murió Emilio Botín, otro gran aliado del español.
Marchionne y Mattiacci, los nuevos hombres fuertes del equipo, arriesgan al permitir la salida de Alonso. El español se marchará de Ferrari sin título, pero con el reconocimiento general por su trabajo durante estos años. Sus números respecto a los de Felipe Massa o Kimi Raikkonen, sus dos compañeros en este lustro, no resisten la comparación.
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