Resultado Fenerbahçe-Real Madrid
El Real Madrid cae sin alma
Justa derrota de los blancos, ante un Fenerbahçe que fue mejor y que los elimina en semifinales de la Final Four
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Crónica
El Real Madrid dijo adiós al sueño de la décima tras un partido horrible en Estambul donde nunca dio la sensación de poder hacer frente al Fenerbahçe. Lejos de su mejor versión, superado en todas las facetas, los blancos se estrellaron de nuevo contra el muro defensivo levantado por Epke Udoh y el crisol de individualidades del equipo turco. Un rival inabarcable ayer para el campeón español, que deberá esperar para levantar un nuevo título europeo .
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La gran preocupación de Pablo Laso antes de viajar a Estambul no estaba en la grada del Sinan Erdem Arena o en el vestuario de Obradovic. El técnico del Real Madrid se había hartado de lanzar un mensaje de normalidad, rebajando la tensión , para exigir a su equipo algo tan sencillo y complicado a la vez como mantener la senda que les había llevado hasta la Final Four. Ser uno mismo y evitar una traición a los valores que el vestuario había cultivado desde que Laso aterrizó allí en 2011. Palabras que cayeron en el olvido cuando el balón se lanzó al aire y el aliento de los 15.000 aficionados que teñían el pabellón de amarillo se unió al unísono para amedrentar las muñecas del conjunto blanco.
Durante casi dos cuartos no hubo rastro del juego alegre del Madrid, superado por el ambiente y la superioridad física del Fenerbahçe. Sólo Llull se salvó de la puesta en escena mediocre del equipo español, superado en todo durante los primeros quince minutos. La apisonadora amarilla sumaba casi sin oposición, mientras el base madridista resistía en mitad de la jungla. Once de los trece puntos blancos del primer cuarto llevaron su firma. Todos, menos la canasta inicial de Gustavo Ayón.
Para mitigar los daños, Laso se abrazó a la defensa. La entrada de Rudy y Taylor obligó al Fenerbahçe a un sobreesfuerzo para anotar y por ahí llegó la tímida reacción blanca, cristalizada en tres triples consecutivos que apretaron el marcador (26-24, min. 15). Fue una alegría fugaz, que obligó a Obradovic a recuperar a Udoh -el amo de la pintura- y Bogdanovic para devolver la tranquilidad a su equipo. El serbio, que apunta a la NBA para la próxima temporada, se echó el equipo a la espalda y lideró un nuevo parcial que permitió a los turcos irse al descanso con una ventaja holgada (44-34).
La puntería de Carroll
Laso trató sin éxito de recuperar la esencia de su equipo en el vestuario, pero los males del Real Madrid se reprodujeron en la reanudación. Nada funcionaba y las pérdidas pesaban demasiado a esas alturas. El técnico dejó a Doncic en el banquillo y optó por un quinteto más rocoso que igualara la dureza del Fenerbahçe, pero no era la bisoñez del esloveno lo que hizo más daño al MAdrid ayer.
Udoh, la pesadilla interminable que privó al Madrid de la Final Four en 2016, volvió a erigirse en un obstáculo insalvable para el campeón español. El americano se bastó para sellar la zona sin que Ayón o Randolph pudieran hacerle frente . Sin ese vivero de puntos, el ataque blanco se volcó en el perímetro, donde Carroll y Llull exhibieron puntería. El americano –cuatro tiples– fue el gran beneficiado de la defensa que Obradovic ordenó sobre Llull. El balear,vigilado con celo tras el descanso, se las apañó para repartir juego (8 asistencias), aunque solo encontró un aliado en la muñeca de Carroll (52-43, min. 24).
Aún así, el Madrid nunca soñó con la remontada , porque cada intento por acercarse en el marcador era sofocado por Udoh, omnipresente en defensa y en ataque. Colosal. Una pesadilla con la que, un año después, volvió a estrellarse el equipo de Laso. Dos tiros libres del pívot nada más comenzar el último cuarto le dieron al Fenerbahçe la máxima ventaja del partido (68-52).
Un mazazo que habría acabado con cualquier otro equipo, pero no con este Real Madrid. Alejado ayer de sus virtudes, el conjunto español se agarró al escudo y al corazón para luchar hasta el final . Esfuerzo estéril que no le sirvió para ganar en Estambul, pero que sacó a relucir ese espíritu indomable del que su afición se siente tan orgullosa. Epílogo indigno para una gran temporada en Europa, que obliga al Real Madrid a posponer el sueño de la décima.