Baloncesto

José Manuel Calderón: pieza clave, perfil bajo

El base extremeño anuncia hoy que se retira de la selección, en la que ha participado en casi todos sus mayores logros

José Manuel Calderón celebra una canasta de España durante los Juegos de Río EFE

CARLOS CHELLE

José Manuel Calderón no pudo formar parte de aquellos júniors que vencieron en el mundial de la categoría en Lisboa allá por 1999. Y no fue ni por una cuestión de edad, ni porque no destacara sobre el parquet en su juventud. Simplemente, una lesión muscular le apartó de aquel torneo. Sí estuvieron Juan Carlos Navarro, Felipe Reyes o Pau Gasol , hombres que siempre han acaparado más focos que el de Villanueva de la Serena.

Sin embargo, y aunque no estuviera en el éxito que encumbró a los «júniors de oro» como tales, con ellos venció en el Europeo de Varna de 1998 y en el mundial oficioso de Mannheim del mismo año. Su perfil bajo, de hombre de equipo que no levanta la voz y acepta cualquier rol que se le ponga, probablemente haya hecho que nunca reclame su sitio entre ellos. Para qué hacerlo cuando tienes una medalla dorada aún más meritoria luciendo en tu palmarés: la del Mundial, este absoluto, de Japón 2006 .

Un jugador que hace equipo

Calderón se despide de la selección dejando a su estela una enorme carrera. Acompaña al oro en Japón el ser triple medallista olímpico y cuádruple europeo, victoria en Lituania 2011 incluida. Sus números nunca fueron llamativos , pero sí destacaba en aquello que se suelen llamar «intangibles»: dirigir la bola al sitio correcto, desatascar con un triple cuando el equipo no encuentra la manera de encontrar al aro...

Pero, sin duda, su gran aportación se ha visto claramente reflejada en los últimos Juegos Olímpicos. Ha tenido que llegar un torneo en el que apenas ha estado en cancha , su último gran torneo, para entender lo que verdaderamente ha hecho grande a Calderón: su lucha por el bien común en detrimento de su beneficio personal . Otro jugador en su situación podría haber pasado buena parte de la cita olímpica de morros en el banquillo, asqueado viendo que podrías ayudar a tu selección y que, por designios del entrenador, no puedes hacerlo.

Calderón se abraza con Gasol tras conseguir el bronce

Pero esa actitud no iría con su personalidad. El base extremeño no paró de animar a los compañeros que estaban sobre la cancha , a jalear sus aciertos y a animarles tras sus fallos. Era un hincha más ataviado con el chándal de la selección y, a la vez, un compañero que aceptaba que esa debía ser la forma de despedirse de la camiseta que tanto le ha dado y a la que tanto ha dado.

La NBA le entrevistó durante los Juegos, recordándole que siempre había tenido un rol destacado con España . Él aceptó con elegancia su nuevo cometido: «Siempre el equipo por delante. Sé mi papel. Sé por qué estoy aquí. Estoy feliz de estar aquí. Estoy feliz de ayudar a mi equipo ». Aunque una imagen vale más que mil palabras: su rostro al abrazarse con Gasol tras conseguir el bronce en Río lo dice todo.

Eso sí, aún tiene cuerpo para más retos . Este año formará parte de uno de los conjuntos más históricos de la NBA, Los Ángeles Lakers . Si la grandeza en un deporte no se midiera solo en aptitudes, si no también en actitudes como el compañerismo, Calderón tendría siempre un sitio de prestigio en el Olimpo del deporte español .

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