Real Madrid-Olympiacos

Las claves de la final

El Real Madrid asalta por tercer año consecutivo el trono del baloncesto europeo, al que no accede desde hace 20 años

Las claves de la final EFE

M. Zarza

El Real Madrid asalta por tercer año consecutivo el trono del baloncesto europeo, al que no accede desde hace 20 años

Las claves de la final

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El público del Palacio arropó al Madrid pese a la masiva presencia de hinchas rivales EFE

Jugar en casa

La principal o más evidente diferencia de este asalto a la Final Four respecto a las dos anteriores (Londres 2013 y Milán 2014) es que el Real Madrid lo hará en su casa, en la pista que conoce en profundidad y apoyado por los ánimos de su hinchada. Al final los partidos los ganan los jugadores, con sus aciertos y errores, pero el ruido de la grada puede influir sensiblemente sobre estos. En semifinales los turcos del Fenerbahçe se hicieron notar más que la parroquia blanca, pero solo en el inicio. A poco que apretó el equipo blanco sobre la pista cambiaron las tornas. Y los seguidores griegos no serán tantos en la final, por lo que de nuevo podrá establecerse esa conexión tan necesaria entre el anfitrión y su grada en los momentos más delicados.

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Sergio Llull celebra una canasta en semifinales EFE

El punto justo de madurez

El Real Madrid llega a la gran cita del año con el equipo en plenitud. Y no solo física. El núcleo del equipo de Pablo Laso afronta el duelo contra el Olympiacos con la edad justa, en plena madurez, con las ventajas de concentración y de saber manejar los partidos que ello implica. Y si a ello le añadimos la experiencia de veteranos como Felipe Reyes y Andrés Nocioni, la mezcla resultante es la más adecuada.

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Spanoulis, en el choque contra el CSKA AFP

Controlar a Spanoulis

Está claro que el Olympiacos no es solo Spanoulis. El griego es un equipo duro, áspero, que no se da por vencido mientras corra el crónómetro y al que es muy difícil dejar atrás en el marcador. Pero el factor diferencial lo marca su veterano base. Curtido en mil batallas, se mueve como pez en el agua cuando los partidos son a vida o muerte, y es capaz de decidir los partidos con su sangre fría y tremenda calidad. Que se lo pregunten al CSKA de Moscú, o al propio Real Madrid, que seguro tendrá aún en la memoria cómo el griego le dio la vuelta a una final que parecía tener encarrilada en 2013 y que acabó siendo rojiblanca.

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Los jugadores del Madrid hacen una piña tras ganar en semifinales EFE

La lección aprendida

Precisamente, el hecho de haber sufrido dos dolorosas derrotas en las anteriores finales debería ayudar al RealMadrid a afrontar este tercer asalto al título con la lección asimilada. De Londres y Milán los de Pablo Laso deberían haber aprendido a no relajarse por bien que lleven un encuentro o por muy favoritos que se consideren. Y ya se sabe que lo que no te mata te hace más fuerte.

5

Nocioni, celebra una de sus canastas EFE

La lucha de Nocioni y Ayón

Otra de las notables diferencias del equipo respecto a otras finales es la presencia de jugadores de carácter como Andrés Nocioni o Gustavo Ayón. El argentino, pese a su veteranía, aporta al equipo un plus de competitividad y lucha que antes no tenía. Y en el partido de semifinales ante el Fenerbahçe se unió en la labor el mexicano, que además de luchar cada balón sin pensar más allá estuvo acertado de cara al aro rival. Ambos serán fundamentales ante un equipo tan físico como el griego.

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