NBA
Nikola Mirotic: «Tengo que tener los pies en el suelo»
El jugador de los Bulls atiende a ABC en Chicago, donde ha cautivado a los aficionados tras un mes de marzo espectacular

Hace frío en Chicago, pero Nikola Mirotic (Montenegro, 1991) recibe a ABC sin abrigo. «Os voy a llevar a un sitio que me encanta», afirma tras los saludos protocolarios. Cinco minutos después, a pocos metros de su casa en Chicago, señala ya hacia el «skyline» de la ciudad a orillas del lago Michigan. «Es precioso ¿eh?», indica con una sonrisa en el rostro, feliz. Por fin le están saliendo las cosas en los Bulls tras meses complicados.
–¿Cómo es la NBA?
–Es muy diferente a lo que esperas. El estilo de juego es más rápido que en Europa, hay mucho más uno contra uno y se juegan más partidos en menos tiempo. Es muy bonito vivir esta nueva experiencia. Es la mejor liga del mundo, me ha costado adaptarme, pero con tiempo he ido todo evolucionando y ahora mismo me estoy sintiendo muy cómodo.
–¿Qué era lo que más le asustaba?
–A mí pocas cosas me asustan, pero sí tenía ciertas dudas de cómo iba a aguantar físicamente con jugadores que son unas «bestias», y para mí era importante dar un salto en ese sentido. Creo que es en lo que más estoy trabajando y ahora mismo la diferencia apenas se está notando. Yo sabía que me iba a costar, pero que me iba a adaptar pronto. Soy el que mejor conoce mi estilo de juego y ya seguía los partidos de los Bulls desde hace tiempo. Sabía que ellos necesitaban un «cuatro» abierto y simplemente era cuestión de tiempo lo de empezar a jugar bien. Al principio no tuve muchos minutos, muchas oportunidades, pero seguí siendo positivo para estar listo.
–¿Cómo de importante ha sido la figura de Pau Gasol en esa adaptación?
–Muy importante. El primer año, ser un rookie, vivir una nueva etapa… Todo eso que yo estoy viviendo ahora Pau ya lo ha vivido hace muchos años y tenerle ahí para poder preguntarle cuando tengo alguna duda es muy importante. Muchas veces le he preguntado qué creía que debía hacer en una u otra situación y siempre me ha ayudado. La verdad que tenemos muy buena relación y además nos compenetramos muy bien dentro de la cancha, que también es importante. Pero no soy yo el único que está aprendiendo de Pau, todo el equipo lo está haciendo, porque él es el único del vestuario que ha conseguido un anillo. Ahora mismo, para los playoffs, vamos a necesitarlo más que nunca.
«No me está sorprendiendo mi nivel, sabía que podía jugar bien en la NBA»
–¿Se conformaría con tener una carrera, al menos, como la de Pau?
–Te lo firmaría ahora mismo (se ríe). Ganar dos anillos y tener la carrera que ha tenido Pau es algo que querría todo el mundo. Es algo increíble lo que ha conseguido y muy difícil, más aún siendo un europeo.
–De hecho, el último europeo nombrado novato del año fue él… ¿se ve con opciones de reemplazarle?
–Lo sé. Ese premio habla mucho de Pau, porque no es fácil de conseguir. Yo no es algo en lo que piense ahora mismo o que sea una presión adicional para mí. Solo pienso en mejorar como jugador y en ayudar a mi equipo a ganar más partidos. Si eso al final se traduce en un premio como este, estaría bien. Si no, la vida continúa. Lo importante para mí es estar en una franquicia como esta, que va a jugar los playoffs y a luchar por el título. Si hubiera estado en otro equipo, lo mismo habría jugado más minutos y sería diferente. Pero no lo cambiaría por nada, porque para mí el equipo es la prioridad número uno.
–¿Se está sorprendiendo a sí mismo en este primer año?
–Sinceramente, no. Tal vez, no me esperaba que fuera a explotar justamente en un momento tan importante de la temporada y tan complicado para el equipo. Ahora todo el mundo está luchando por meterse en playoffs y todos los jugadores juegan más duro y más concentrado. Cada partido importa mucho y yo he dado el salto en este momento clave y quizá eso era lo que no me esperaba, pero sí que sabía que podía jugar aquí y hacerlo bien.
–Usted era una estrella que lo tenía todo en Madrid, ¿por qué decide dejarlo todo y venir?
–No fue una decisión fácil, pero sí muy meditada. Necesitaba dar ese cambio en mi vida profesional. Era una oportunidad única para mí, con los Bulls muy interesados en contar conmigo, así que no podía negarme. Era un tren que pasa una vez en la vida y por eso había que cogerlo. No se puede pensar en el pasado y con el paso del tiempo me siento afortunado de estar aquí.
–¿Se acuerda del día en el que decide venir a Chicago?
–Fue una decisión que tomé después de la liga. Mucha gente decía si lo había decidido antes y por supuesto que no fue así. Mi idea era estar concentrado y acabar de la mejor manera posible la liga con el Madrid y, además, los Bulls estaban también jugando los playoffs y tenía que pasar un tiempo para que ellos pudieran negociar con un jugador, así que hasta principios de julio no tomé la decisión de venir. Fue un gran día, muy feliz. Me acuerdo que poco después de dar el visto bueno, me dijeron que iba a coger un avión con Pau para venir a firmar y ahí fue cuando me di cuenta de que esto estaba pasando de verdad.
«Pau me ha ayudado mucho en mi adaptación. Cuando tengo dudas, le pregunto a él»
–¿Es en ese avión cuando siente que ya está en la NBA?
–Sí, fue bonito. Era la primera vez que conocía a Pau personalmente y me acuerdo que cuando aterrizamos en Chicago estaba un poco nervioso. No sabía qué me iba a esperar y, además, no dominaba el idioma. Pero me lo pasé bien. Todos me arroparon, sobre todo Pau.
–Ahora vive un momento dulce en Chicago, pero no siempre ha sido así. ¿Pensó que se había equivocado por dejar Madrid?
–Pues no. Realmente no. He pasado momentos muy duros, por supuesto, pero ninguna vez pensé en que tal vez me tenía que haber quedado en el Madrid. Cuando las cosas no me van bien, lo único en lo que pienso es en qué puedo hacer para que me vayan mejor. Sí es verdad que hablé con Thibodeau para preguntarle qué es lo que tenía que hacer para jugar más y él me dijo que lo estaba haciendo bien, que siguiera trabajando igual porque vendría una parte de la temporada en la que tendría que jugar más y quería que estuviera preparado.
–¿Qué es lo que más le ha costado?
–Muchas cosas. Una es el tema físico y la otra es la cantidad de partidos. Pasas mucho tiempo fuera de casa y eso me cuesta mucho. Tienes poco tiempo para tu familia incluso cuando estás en Chicago, porque nos pasamos buena parte del día en el centro de entrenamiento.
–¿Qué hace en los viajes?
–Varias cosas. Hay veces que veo películas y series. Leo libros. Los viajes no suelen ser muy largos, así que escucho música o hablo con los compañeros, porque no soy de los que se duermen fácilmente en los aviones. Es algo que me fastidia, porque volar tanto y no poder dormir…
–¿Qué tipo de libros le gustan?
–Un libro que siempre me ha gustado es El Alquimista y ahora estoy leyendo una biografía de Rafa Nadal. Series, me encanta Juego de Tronos, estoy ansioso de que empiece la nueva temporada.
–Aquí ya es un ídolo más…
–Es bonito que la gente te reconozca, que te saluden y te digan lo bien que lo estás haciendo, pero también debo tener los pies en el suelo y que sea una motivación más para ir creciendo. Estoy en una franquicia espectacular, que llena el pabellón en cada partido, y no es fácil conseguir algo grande aquí. Quiero crecer como jugador e intentar ser un ídolo aquí.
–¿Sueña con el anillo?
–Sí que lo hago. Sueño con el anillo, pero sé que es algo muy difícil de conseguir. Nuestro equipo lleva años intentándolo conseguir, años luchando por ello y ahora creo que tenemos capacidad para conseguirlo. Hemos tenido muchas bajas, pero hemos estado preparados para esos momentos. Los jugadores de banquillo hemos dado un paso adelante en esos momentos malos y este puede ser el año. La gente está muy ilusionada, confía en nosotros y creo que si Derrick Rose vuelve, podemos tener más opciones de ganar el anillo.
–¿Cuál es su rincón favorito de Chicago?
–El United Center. Cada vez que llego allí me pongo a cien. Es una sensación increíble. Me encanta jugar ahí y más ahora que empiezo a ser una pieza importante.
–¿Qué echa de menos de Madrid?
–Lo que más, a los amigos y también la comida española, que me encanta. Pero también echo de menos esas competiciones que tenía allí en mitad de temporada, como la Copa del Rey, porque aquí juegas cada dos días, pero es siempre la misma liga. Pero bueno, estoy muy cómodo y muy contento aquí.
–Sé que sigue mucho a sus excompañeros, si finalmente logran la Euroliga este año, ¿sentirá que el éxito es un poquito suyo?
–Lo primero que haría sería llamar a mis compañeros y felicitarlos. He sido parte de ese equipo muchos años y les he ayudado a crecer, de la misma manera que ellos me han ayudado a crecer a mí como jugador. Sí, me sentiría partícipe, pero por supuesto que el éxito sería de ellos, no tanto mío.
–¿Se acuerda de aquel día que firma por el Madrid siendo casi un niño?
–Me acuerdo muy bien. Era un chaval que apenas llevaba jugando dos años al baloncesto en una pequeña escuela de mi país -la Joker School-. Fui a un campus en Zaragoza para jugar un torneo y los del Madrid vinieron a verme y me ofrecieron fichar por ellos. Fue una decisión muy fácil de tomar, porque al Real Madrid no se le puede decir nunca que no, sobre todo cuando eres joven. Fue una gran alegría y además pude venirme con mis padres, que me ayudaron mucho y ahí es donde empezó mi carrera y donde yo empecé a tomármelo mucho más en serio.
«Echo de menos torneos a mitad de temporada como la Copa del Rey»
–Hablaba de la Joker School, siendo tan pequeña, qué tiene para exportar tanto talento…
–Tiene al que yo creo que es el mejor entrenador de jóvenes de Europa, Jadran Vujacic. Para mí, es uno de los mejores que he conocido. La pasión que tiene y el amor que transmite a los jugadores es tremendo. Si lo piensas, ves una escuela tan pequeña, metida en Montenegro, con apenas 500.000 habitantes y no te explicas cómo pueden salir jugadores como Todorovic (uno de los mejores de la Liga Endesa este año), Rakocevic… y yo mismo. Tantos jugadores buenos que han salido ya, habla mucho de cómo trabaja ese entrenador.
–Usted vuelve allí cada verano para regenerarse
–Claro. Es mi rutina y lo seguiré haciendo. Ir allí cada verano es como volver a nacer. Me renuevo y trabajo con Jadran para seguir mejorando. Él siempre me visita una vez al año para ver los entrenamientos y los partidos y mantenemos también mucho el contacto por teléfono. Si alguna cosa no va bien o si tenemos que cambiar algún detalle, me lo dice.
–¿Cómo es Podgorica (su ciudad)?
–Es una ciudad pequeña, pero muy bonita. Montenegro es un país muy bonito, que tiene costa –el mar mediterráneo allí es precioso- y que también tiene montañas. Lo bueno de ser tan pequeño es que si estás en el centro del país, en Podgorica, a una hora tienes el mar y a una la montaña.
–¿Recuerda su primera canasta?
–Fue en el colegio. Yo jugaba al fútbol y los compañeros siempre me decían que tenía que probar a jugar al baloncesto. Al final les hice caso y fui. Era una cancha muy pequeña, que no tenía gradas ni nada. Eran solo las paredes y la pista, pero a mí me parece muy bonito aún cuando lo recuerdo. Cuando pisé esa cancha por primera vez no tenía ni idea de baloncesto. No sabía ni tirar, ni lo que eran pasos… Sabía cero, pero poco a poco fui aprendiendo.
–No era una época fácil en su país, en plena guerra de los Balcanes
–Recuerdo poco de aquella época, cuando tenía seis o siete años y estalló el conflicto en mi país. Lo único que hacía era preguntar qué estaba ocurriendo. Yo era un niño, nada más. No ha sido agradable de vivir, pero es algo que nos tocó. Podía haber sido peor, a mi familia no le pasó nada y es algo sobre lo que prefiero no pensar mucho.
«Ahora no puedo pensar en la selección, lo haré cuando termine la temporada»
–Casi un tercio de su vida la ha pasado en España, mucho tiempo ¿no?
–Sí, ocho años… Puedo decir que España es mi segunda casa. Llegué como un niño y me fui como un hombre. Fue una etapa muy bonita, conocí a muchos amigos, logré cinco títulos con el Real Madrid y siempre le tendré mucho cariño a España. Es donde todo lo bueno empezó.
–¿Se siente español?
–Me siento uno más. Después de haber pasado tantos años allí, me siento uno más ahí. Ellos siempre me han tratado muy bien allá donde he ido y nunca me ha faltado nada. Es algo que tú también luchas por conseguir, que la gente te respete por cómo eres. Pero sí, los años que he pasado allí me he sentido uno más.
–¿Cree que en algún momento le veremos jugar con la selección?
–No lo sé, sinceramente. No es algo que piense ahora mismo, porque ahora estoy concentrado en seguir jugando como lo estoy haciendo. No falta mucho para acabar este año y el objetivo es terminar lo mejor posible y ya en verano habrá tiempo para pensar en la selección.
–¿Le parece raro que España no tenga aún entrenador?
–No lo sé. No creo que sea la persona adecuada para opinar sobre eso. Lo importante es que tomen la decisión adecuada. Así que, calma.
–¿Influirá eso en su decisión de ir a la selección?
–No, no influirá. Es una decisión que tomaré independientemente del entrenador que tenga la selección. Siempre he tenido buena relación con los entrenadores que he tenido. No he sido un jugador conflictivo, así que no, no influirá eso.