Real Madrid
Jaycee Carroll: «Siento que aún no ha llegado mi gran momento en el Madrid»
El alero blanco ha vuelto a recobrar el tono físico y es una de las piezas importantes de Pablo Laso para asaltar la Copa del Rey
Forjado a base de trabajo y creyente antes que jugador de baloncesto, Jaycee Carroll (Laramie, 1983) prefirió dejarlo todo de lado para predicar el evangelio. Ahí se acabó su sueño NBA y comenzó una carrera apasionante que le llevó a triunfar en Europa. Ídolo durante años en Gran Canaria, donde ahora vuelve para intentar ganar la Copa del Rey , este alero americano del Real Madrid espera aún su gran noche de blanco.
-Vuelve a Gran Canaria y lo hace para intentar ganar la Copa… ¿Se le hace raro todavía?
-La primera vez que volví, después de fichar por el Real Madrid , fue la más especial. Ahora, tengo muchas ganas, porque es una Copa del Rey y creo que va a ser muy divertido. Tengo muchos buenos recuerdos de Gran Canaria y poder jugar ahora este torneo allí va a ser una experiencia única.
-¿Cómo acaba allí un chico de un pequeño pueblo de Wyoming?
-(Risas). Todavía no lo sé. Cuando era un niño, ni me imaginaba que fuera a venir a Europa para jugar al baloncesto y mucho menos a Gran Canaria. Pero estoy muy contento por cómo ha ido mi carrera. Tuve la oportunidad de jugar en Gran Canaria con grandes compañeros y a las órdenes de un gran entrenador como Pedro Martínez que me dio un rol muy importante. Fueron algunos años muy divertidos de baloncesto.
-Usted era una estrella en el baloncesto universitario que lo deja todo para ayudar a la gente…
-Sí, a los 19 años tomé la decisión de irme a Chile dos años para ser misionero. Creo que allí jugué unas cuatro veces en total al baloncesto en una cancha de cemento que tenía un aro que estaba por las nubes, mucho más alto que aquí. Como experiencia personal, religiosa, es algo de lo que no me arrepiento. Hice ese sacrificio para servir a la gente, olvidándome de mi mismo.
-¿Debe ser duro renunciar así a los sueños?
-Sí, por supuesto. Yo de niño lo que quería era jugar en los Bulls de Jordan o en los Jazz, al lado de mi casa. Pero estoy contento por el camino que he seguido al final. Aquí hay un gran nivel de baloncesto y en el Madrid he encontrado un estilo de baloncesto que me gusta mucho. Estoy feliz por estar donde estoy y haber hecho lo que hice.
«Ser misionero me sirvió para tener disciplina y marcarme metas»
-¿De qué le valió esa experiencia como misionero en la cancha?
-Aprendí disciplina y a ponerme metas. Como misionero tenía un horario muy estricto. Nos levantábamos temprano, hacíamos un poco de ejercicio, estudiábamos, salíamos a la calle y no volvíamos hasta las 9 de la noche. Cenabas y vuelta a dormir. Yo he trasladado esta disciplina al baloncesto, a los entrenamientos… También me pongo metas, para un día, para una semana…
-¿Cuáles son las que se ha marcado esta temporada?
-Ahora llega una de las primeras, que es jugar bien en la Copa del Rey y llevarla de nuevo a Madrid. Personalmente, al principio de la temporada, lo único que quería era que todo el mundo se olvidara ya de la lesión que tuvo el año pasado. No fue muy grave, pero sí muy molesta. Por suerte, es algo que ya he conseguido. Hace un año de la operación y es pasado.
-Mismo entrenador, muchos jugadores que repiten, pero parece que ha cambiado mucho este Real Madrid…
-Es otro equipo totalmente diferente. En los últimos partidos estamos empezando a ver las virtudes que puede llegar a tener este equipo. Estamos jugando a un nivel más alto que en el principio de temporada. Vamos a ver si podemos cumplir todos los objetivos que nos hemos marcado. Por el momento llevamos un buen camino.
-¿Les vienen bien las rotaciones que está utilizando Laso este año?
-Sí. La labor del entrenador es muy complicada. Somos más jugadores que el año pasado y hay que hacer más rotaciones. El lujo que nos podemos permitir este año es analizar al rival y utilizar a los jugadores más adecuados para derrotarle. Puede que juegues un día 20 minutos y al siguiente ocho. Como jugador, es complicado, pero tienes que entender la meta. El baloncesto es un deporte de equipo y es algo que hay que tener muy en cuenta.
«Hay que entender que el baloncesto es un deporte colectivo y eso me costó al llegar a Madrid»
-A usted, que era una estrella en su país y en Gran Canaria, le habrá costado aceptar ese rol más secundario
-Sí, vine de Gran Canaria donde había sido dos años seguidos el mejor escolta. Casi todos los balones pasaban por mi mano… y de repente llegué a Madrid y todo es distinto. Aquí me di cuenta de que hay jugadores que juegan mejor que yo el «pick and roll» y otros que son buenos en el poste bajo. Lo importante es encontrar el equilibrio. Ahora lo entiendo, aunque me costó. Miro todos los títulos que hemos conseguido y sé que es el camino más adecuado.
-¿Qué le ha pedido Laso este año?
-Que sea yo mismo. Que haga las cosas que sé hacer y que ponga esfuerzo en mejorar las cosas que no hago tan bien. Es mi meta esta temporada. Eso y ayudar a los otros a ser mejor.
-¿Siente que aún no ha llegado su gran momento en el Real Madrid?
-Sí, pero estoy seguro que llegará ese día y quiero estar preparado para ello. Aún así, tengo grandes recuerdos, como la primera Copa del Rey que ganamos en el Madrid, en la que tuve diez minutos muy muy buenos.
-¿Queda muy lejos la Euroliga?
-No pensamos mucho en ello por ahora. Por supuesto, sabemos que la Final Four es en Madrid y queremos estar ahí, pero aún queda lejos. Quedan muchos partidos, muchos meses aún. Pensamos en el día a día. Ver qué podemos hacer hoy, para ser mejores mañana.
-¿Y ese primer partido a la vista es el del CAI esta tarde?
-En la Copa, todo puede pasar. Si el CAI Zaragoza tiene el día, puede ser un rival temible. Seguro que van a salir a tope, para ganarnos y no nos podemos confiar.
-¿Es un torneo más abierto que nunca?
-Sí, creo que sí. Se ha podido ver durante la temporada. No lo digo por el Unicaja, que para mí no es una sorpresa, pero sí otros como el Juventud, al que ganamos de milagro en Madrid, o el Gran Canaria, que ya sabe de qué va esto de la Copa y juega en casa. No vamos por la parte fácil del cuadro, para nada, y el camino hacia el título va a ser muy complicado.
-¿Cómo se fabrica un tirador? ¿Es instinto puro?
-Es una mezcla de todo. Creo que hay una habilidad natural, pero en mi caso ha sido mucho de trabajo. Casi todos te dirán lo mismo: Herreros, Petrovic… Cuenta el instinto, pero también el trabajo.