Euroliga | jornada 4

Triunfo por inercia del Real Madrid

Gana al Dinamo Sassari en un encuentro gris y ante un Palacio desangelado con Ayón y Nocioni como protagonistas principales (115-94)

Triunfo por inercia del Real Madrid efe

Emilio V. Escudero

Era otra noche de hastío en el Palacio. Un rival semidesconocido para el gran público, de esos que la Euroliga se empeña en colar a costa del espectáculo de la primera fase del torneo. El Dinamo Sassari, campeón de Copa en Italia y actual líder de una devaluada Lega, se presentaba como víctima propiciatoria para los blancos, pero dio más guerra de lo esperado.

Dirigido por el mítico Romeo Sacchetti, uno de esos aleros rocosos de la época gloriosa del baloncesto italiano, este conjunto italiano encarna a la perfección ese espíritu de lucha que derrochaba su entrenador cuando pisaba una cancha. Un equipo aguerrido que nunca bajó los brazos y que se mantuvo con dignidad a pesar del buen inicio blanco, que al final del primer cuarto ya mandaba por diez puntos (27-17) gracias en buena parte al acierto de Nocioni (9 puntos). [ Estadísticas del Real Madrid-Dinamo Sassari ]

El argentino anotaba con facilidad ante la mirada perdida de Rudy Fernández , que el jueves pasará por el quirófano y vio el partido en el banquillo. Sin él, el equipo pierde frescura en ataque y adolece en defensa. Por suerte, la baja del balear no se alargará más allá de final de año.

Carroll lideró el intercambio de canastas del segundo cuarto, en el que el Dinamo Sassari no se arrugó. Llegó a estrechar el marcador a seis puntos (33-27), con Lawal y Dyson como principales exponentes.

El Madrid jugó a arreones, como viene haciéndolo toda la temporada. Chispazos de genialidad seguidos de períodos de zozobra. Le salva la calidad y que Laso es consciente de que aún no le hace falta forzar la máquina. Lo hizo al volver del descanso, como casi siempre, con dos triples de Llull y la presencia energética de Slaughter en pista. Corrió el Real Madrid y se divirtió como acostumbra, alegrando la pobre entrada que de nuevo registró un Palacio ávido de emociones más fuertes.

Llegó a rozar los treinta de diferencia el conjunto de Laso y volvió a zozobrar como hace cuatro días ante el Valencia . Como si se dosificara pensando en el futuro. Triunfos contundentes, pero sin derroche. Repartiendo esfuerzos y aumentando egos. Como el de Ayón –cada vez más acoplado y aportando más- o Campazzo, que en ausencia de Rudy tendrá que asumir más responsabilidades.

Al final, el festival habitual de Reyes y la confirmada recuperación de Carroll pusieron la guinda a una nueva victoria blanca, la cuarta en cuatro partidos disputados en la Euroliga.

Triunfo por inercia del Real Madrid

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