Baloncesto
Pablo Laso: «No se puede vivir con el miedo a que te echen»
El técnico madridista reconoce que no hizo caso a los rumores de su salida y que intentó convencer a Mirotic en verano
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Pablo Laso (Vitoria, 1967) ha comenzado su cuarta temporada al frente del Real Madrid . Cuestionado casi desde su llegada (y encumbrado por momentos), las derrotas en la última final de la Euroliga y en la Liga Endesa ante el Barcelona le pusieron con un pie y medio fuera del equipo. Pasada la tormenta, ahora vuelve a brillar tras un verano complicado. Ha ganado la Supercopa , mantiene el paso firme en la ACB y mañana empieza el camino en la Euroliga más importante de los últimos años para el club blanco, con la Final Four del Palacio de Deportes como esperanza para sumar, por fin, la novena Copa de Europa del club más laureado del continente.
-¿Han pasado ya los nubarrones del final de temporada?
-Sí, y eso que había bastantes… Hasta el entrenador acabó lesionado, así que imagine si había nubarrones. Creo que llegamos muy justos, con mucha gente recuperándose y otros sin estar en su mejor momento. Aún así pudimos pelear la final y tuvimos opciones.
-¿Qué fue lo más duro? ¿Su lesión, la derrota, las formas…?
-Lo más duro siempre es perder, pero es algo con lo que tienes que convivir. Al final, con el paso del tiempo, aprendes a apreciar lo bueno y lo malo del camino y no a fijarte solo en el resultado.
-Parecía imposible que jugando como lo estaba haciendo el equipo pudiera perder las dos finales
-El deporte es así, pero un resultado no me hace dudar del camino ni de la forma de jugar que hemos tenido hasta llegar allí. La trayectoria tiene que estar por encima de un partido.
-Ya, pero al final, en el Madrid solo vale ganar.
-Eso es cierto. En el Real Madrid siempre tienes que ganar y eso es algo que yo acepté desde el primer día que llegué aquí, aunque también, como entrenador, es importante el camino.
«No podemos dudar por un mal resultado. Para mí, el camino también es importante»
-¿Se arrepiente de aquella imagen suya en el Palau, expulsado por protestar y saliendo en silla de ruedas?
-No me gusta que me expulsen de un partido, pero ese día tenía claro que debía estar con el equipo más que nunca. Le dije a mis jugadores que iba a estar a muerte con ellos -me habían operado unas horas antes- y que si tenía que protestar lo iba a hacer desde la silla o como fuera. ¿Que si me gustó? Pues no, pero no por la silla de ruedas, sino por tener que irme expulsado. Aún así, creo que hice lo que tenía que hacer, que el equipo reaccionó bien y estuvo a punto de ganar. No me arrepiento. En aquel momento creo que es lo que tenía que hacer. Podía ser bueno para el equipo.
-¿Le ha dado muchas vueltas este verano a ese final de temporada?
-Sí, por supuesto. Fíjese, si hubiéramos ganado en el Palau, al siguiente partido no habríamos podido presentar más de 7 u 8 jugadores porque el resto estaba lesionado. Hasta yo estaba lesionado. Las cosas que debemos mejorar para elevar nuestro nivel las tengo claras y le doy muchas vueltas. Pero hay otras que no puedo controlar, como las lesiones, y en esas pienso menos.
-¿Cree que el club ha señalado a sus ayudantes (a los que no ha renovado) por ese mal final de temporada?
-No lo creo. Si fuera así, entonces podrían sentirse señaladas todas las personas que han pasado por el club, como los jugadores que no han seguido. Me parece muy injusto que se señale a alguien por un resultado. Somos un grupo que hizo muchas cosas bien, que fue campeón de Supercopa y de la Copa del Rey, finalista de la Euroliga y de la ACB, algo que en los últimos 25 años no se había conseguido en el Madrid. Si se les quiere señalar debe ser para lo bueno y para lo malo, y no a ellos, sino a todos.
«Intenté convencer a Mirotic para que se quedara, pero eligió irse y le deseamos lo mejor»
-¿Le hubiera gustado que siguieran?
-Creo que tanto Hugo López como Jota Cuspinera son dos personas muy válidas. Pero le repito, también me hubiera gustado que siguiera Mirotic y…
-¿Le intentó convencer?
-Sí que lo intentamos, pero son situaciones personales que uno elige y le deseamos lo mejor. Al final cuando hay cambios de jugadores o en el staff técnico, tienes que aceptarlo y ser positivo y pensar que la gente nueva va a ser capaz de cumplir igual o mejor.
-Cuando ve salir a gente tan cercana, ¿piensa que puede ser el siguiente?
-Creo que un entrenador siempre piensa que pueden echarle. Es algo que va en el puesto. No hay ningún entrenador que no piense que tiene plazo de caducidad. Siempre pongo el ejemplo de Ferguson, que estuvo veintitantos años y se retiró él. Pero eso es algo que no suele pasar. Desde el primer día que llegué al Madrid tengo esa presión.
-Pero este verano ha sido diferente, no me lo puede negar. Se ha hablado mucho de su salida...
-¿Pero quién lo ha hablado? Yo no. Nadie me ha preguntado sobre ello. Lo mismo es que estaba fastidiado con el tendón y no he prestado tanta atención. Del entrenador del Real Madrid siempre se habla. Desde el día que llegué hasta este verano. A mí me gustaría que se hablara siempre de manera positiva, pero sé que es imposible. Hasta en los mejores momentos, cuando ganamos todos aquellos partidos seguidos, había alguien que tenía algo en contra que decir. Hay que aceptar el club en el que estamos. Yo lo hago desde el primer día. Acepto esta presión y estoy orgulloso del trabajo que he hecho.
-¿Llegó a temer que no iba a estar sentado en el banquillo del Madrid a estas alturas?
-Si viviera con ese temor lo sentiría también ahora mismo. Hoy podría estar pensando que no llego a noviembre… Cambios en los equipos hay siempre y un entrenador no puede vivir con el miedo a que le vayan a echar.
-¿Y qué ha ganado y perdido con esos cambios y su nueva plantilla?
-Hemos ganado profundidad de juego, porque tenemos jugadores que pueden cubrir varias posiciones. Tenemos más «pick and roll» y es un equipo más experto y con más carácter. Ahora mismo, casi todo lo que hemos perdido lo hemos mejorado, y eso que hemos perdido muchas cosas buenas.
-Tiene más jugadores (13) que nunca en plantilla. ¿Cómo se hace para tener a todos contentos?
-Me encantaría que todos los jugadores disputaran 40 minutos, pero eso no pasa ni en el equipo de mi hijo. Es imposible. El baloncesto es un deporte en el que, juegue quien juegue, casi nadie termina contento. Hasta yo, que soy el que los pongo, a veces no acabo contento con los minutos que juega cada uno. Mi trabajo es intentar sacar el máximo de cada jugador pensando en el equipo. Ese es el objetivo, pero siempre pensando en la mejora del equipo y eso exige también un sacrificio de cada uno de ellos.
-Hablando de objetivos, la Final Four es este año en Madrid, ¿siente más presión que otras temporadas?
-Presión siempre tenemos, pero ilusión también. Máxima. Hemos jugado las últimas dos finales y creo que el Real Madrid no jugaba una desde la década de los 90, cuando estaba yo en el equipo así que algo estaremos haciendo bien. Si me pregunta si queremos jugarla, la respuesta es que sí. Y no solo eso, queremos jugarla y ganarla.
«Queremos jugar la final de Madrid, pero le diré más: queremos jugarla y ganarla»
-¿Es el principal anhelo?
-El camino hacia la Final Four es durísimo. La gente no valora lo difícil que es llegar hasta ahí. La cantidad de equipos, viajes, partidos que hay que superar. Hay muchos equipos aspirantes para ganar y sólo lo hará uno. No vamos a llegar a Madrid sin pasar antes por ese camino. Mi única obsesión real ahora es ese camino.
-Florentino Pérez dijo en la pasada Asamblea del club que la sección de baloncesto sigue siendo deficitaria a pesar de los éxitos, ¿Cree que una Liga Europea, al estilo NBA, podría paliar esos problemas?
-Desde mi punto de vista, creo que el Real Madrid tiene un nombre en España que debe defender. Creo que es un club que da mucho al deporte en España y pienso que cerrarse el cariño que nos da la gente cuando jugamos fuera de casa sería malo. La Euroliga es una competición contra los mejores de Europa y ayuda mucho al nombre del Madrid, pero no es lo único en lo que pensar. No sé hacia dónde nos llevará el futuro. Es difícil saberlo. Quizá lo más importante ahora sería vigilar el calendario, que es muy exigente y creo que se podría revisar. Hay jugadores que disputaron el año pasado ciento y pico partidos oficiales y para poder rendir deberían tener su tiempo de entrenamiento y más descansos. Competir tantos días seguidos no suele ser bueno en ningún deporte.
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