Mundial atletismo
La emocionante vuelta al estadio Olímpico de Usain Bolt
El jamaicano se conmueve con el homenaje de la IAAF y asegura que seguirá ligado al atletismo, «porque amo este deporte»
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Suena suave y melódico el «Reggae Night» de Jimmy Cliff en el cierre del Mundial de Londres. El disc jockey, la verdadera estrella del certamen, coloca otra pieza estupenda en el colofón de indudable folclore jamaicano. Con el «One love» de Bob Marley salta a la pista por última vez, en esta ocasión en ámbito privado para el público del Estadio Olímpico que lo ha aclamado durante días, su majestad Usain Bolt.
Lo hace emocionado con la tercera tonadilla, el «Get up, stand up» de la otra eminencia de la isla, Bob Marley. Bolt está serio, porque es el momento de recogerse y decir hasta siempre. La IAAF, un organismo que parece revitalizado de la mano de Sebastian Coe, le rinde homenaje. Sin que se mueve un alma del estadio, le entrega una placa con un trozo de la pista del recinto donde asombró en los Juegos de Londres 2012 y abdicó en el Mundial 2017.
Ha sido otra jornada de tortura para Jamaica, cuyo relevo de 4x400 no ha llegado a la meta por la lesión a lo Bolt de Aneisha McLaughlin-Whilby , que se ha retirado y con ella el equipo.
Una marea de fotógrafos acompaña a Usain Bolt en su vuelta al estadio. Cientos de banderas de Jamaica ondean al cielo londinense. Solo había emblemas de Inglaterra y el país caribeño a la venta, tal era la expectación que había despertado la retirada del rey. Bolt se para en los tacos de salida de la calle 4, se santigua, choca los cinco con un niño que salta a la pista, se arrodilla en la meta de la calle 6 que no pudo traspasar el sábado en el relevo, hace el último gesto del arquero y se va. Hasta siempre.
En la rueda de prensa sigue emocionado. «Hablaré con Coe, a ver qué podemos hacer por el deporte que amo», cuenta. «No, pero no me veo de comentarista cuatro horas en una silla», apostilla sobre su futura dedicación. Se molesta con una pregunta . «¿Debió retirarse después de Río?», «Siguiente», zanja. Y sí, festeja, «me iré a tomar un trago esta noche».