FUTSAL | Entrevista

Ricardinho, el «mago» del parqué

El mejor jugador de la liga en los dos últimos cursos habla de sus aspiraciones con ABC

Ricardinho, el «mago» del parqué Ernesto Agudo

Miguel Zarza

La liga española de fútbol sala también tiene un Cristiano Ronaldo y un Messi, pero con una particularidad, ambos son la misma persona. Ricardo Filipe da Silva Braga, más conocido como Ricardinho , reúne lo mejor de los dos. La potencia de su compatriota y la habilidad del argentino. «Todos me dicen que aunque me gusta Cristiano soy más Messi, por mi manera de jugar y mi estatura», reconoce el jugador de Movistar Inter, elegido mejor del mundo en 2014 y nombrado mejor jugador de la liga las dos temporadas que la ha disputado.

El equipo llega al inicio de la Liga en un gran momento. Tras una gran pretemporada y después de ganar la Supercopa al Jaén

Bueno, creo que no fue la pretemporada perfecta porque el primer partido que jugamos fue ya contra el Aspil Ribera Navarra y es un equipo muy fuerte. Empezamos ya al cien por cien y normalmente a los entrenadores les gusta empezar con equipos menos fuertes para ir creando rutinas con los jugadores más jóvenes y con los nuevos, pero si haces un análisis de todos los partidos creo que estamos bien. Los fichajes se han adaptado muy bien y luego está la estructura de siete u ocho jugadores del año pasado que son unas máquinas y esperemos que la Supercopa no se nos escape.

Después de los títulos que habéis conquistado en las dos últimas temporadas, ¿este año Movistar Inter es claramente el equipo a batir?

Yo siempre digo que el equipo que es campeón el año anterior es el equipo a batir. Pero lo de ser favoritos es solo sobre el papel. Si vas por nombres sí que podemos ser un equipo más favorito que los demás pero luego después si no lo demuestras en la cancha, como el año pasado que nos pasó un poquito de todo, que empezamos un poquito mal la liga, luego las lesiones… Puede pasar de todo, pero nosotros tenemos muy claro lo que queremos, que es llegar a todas las finales que podamos, que tenemos muchas oportunidades porque tenemos muchos títulos que jugar. Y luego estando en las finales tienes la oportunidad de ganarlas. Así que vamos a pelear por todas.

Barcelona y ElPozo Murcia volverán a ser los principales rivales. Los azulgranas han hecho retoques en su plantilla y los murcianos quizás se han reforzado algo más…

Tú miras a un equipo como el Barcelona y a pesar de tener algunos jugadores ya con 34 o 35 años, si ves la calidad casi no tienes que cambiar nada. Siempre haces un ajuste aquí o allí, pero yo creo que el Barcelona tiene un equipo que siempre va a pelear por títulos. Y ElPozo es un equipo muy competitivo, que lo ha demostrado en los últimos 12 o 13 años que ha jugado no sé cuántas finales. Son unos monstruos. Pero por suerte para nosotros, siempre que vamos les conseguimos ganar y ellos están sufriendo mucho con eso. Yo creo que va a ser una liga muy buena, muy competitiva y espero que no sea solo un equipo entrando ahí a pelear con nosotros tres, como el caso de Jaén. Espero que sea también Palma, Peñíscola… que entren ahí a pelear con nosotros, porque yo creo que es bueno para todos, para el fútbol sala, para los jugadores porque van a crecer más y para la Liga.

Del resto de equipos de la liga ¿cuál es el que más te gusta?

El Palma Futsal. Es un equipo que juega hacia delante, no se cierra defendiendo para luego intentar atacar. Juega partido a partido y lo ha demostrado el año pasado en la semifinal, que lo pasamos mal, estuvimos perdiendo en casa, conseguimos remontar y fuimos a jugar a su casa y ganamos por poco y fue muy duro. Tiene grandes jugadores, un buenísimo entrenador, y una afición que aprieta mucho.

Para mantener el nivel e incluso mejorar la plantilla han llegado fichajes importantes

Fichamos a dos brasileños y a un portero español muy bueno que nos quitó la oportunidad, mínimo, de jugar una semifinal, que es Álex. Creo que aunque ganes una liga, una copa o lo que sea, tienes que intentar siempre mejorar tu plantilla para el año siguiente, e Inter lo ha hecho así. Los entrenadores han visto que estos dos jugadores, Humberto y Darlán, podían encajar bien aquí y lo están demostrando, porque tienen mucha calidad, representan a la selección brasileña y estaban jugando en una liga muy competitiva como es la rusa. Espero que se adapten muy rápido porque luego cuando hay que competir las cosas tienen que salirte. Espero que desde el primer minuto les salgan las cosas y que nos ayuden mucho porque les vamos a necesitar. Va a ser una temporada muy larga.

¿Crees que el equipo se empieza a parecer a lo que en su día fue «la máquina verde»?

Con todo el respeto creo que queda mucho para igualar a la máquina verde, porque ese equipo lo ganó todo y muchas veces. Tenía cinco o seis jugadores de la selección española y cinco o seis de la brasileña y era una mezcla de jugadores impresionante. Este equipo está muy bien estructurado, con jóvenes, con jugadores que están en un muy buen momento, y con otros que tienen más experiencia… Y cuando tienes un capitán como Luis Amado que es el primero entrenando con 40 años, peleando y compitiendo hasta el final, tú no puedes bajar los brazos. Así la gente que entra lo hace con ese espíritu y esa competitividad. Creo que estamos en una fase muy buena, los entrenadores son muy buenos, todos, y podemos aprovechar porque todos los años estamos teniendo la suerte, entre comillas porque estamos peleando por ello, de jugar cinco o seis títulos. Y si los ganamos ahí sí creo que podemos llegar un poquito más cerca de esa máquina verde, que ahora sería azul, claro.

Hay quien piensa que la base del renacer del Inter es tu llegada. ¿Qué opinas tú de eso?

Me pone muy contento escuchar eso de la gente que le gusta el fútbol sala y que nos sigue de cerca, porque como siempre digo, no hay mejor título que conquistar a los entrenadores, aficionados y equipos contrarios, porque tengo la fortuna de que todos los partidos que termino la gente nos aplaude, aplaude lo que hago, algunas veces no les gusta pero es normal, porque si yo fuera un jugador contrario a lo mejor también daba unas patadas de vez en cuando. Pero creo que es una señal de respeto y que a la gente le gusta ver un poco el fútbol sala de esta manera. La clave es que yo venía como una estrella pero la gente me quería probar en España. Decían «sí, es bueno en Portugal, en Japón, pero vamos a ver ahora aquí, en la mejor liga». Yo vine muy enfocado en lo que quería, había visto partidos del año anterior, en los que se veía mucha calidad, un entrenador con una manera de jugar que a mí me encanta, siempre en movimiento y yo soy un chico que no me gusta parar. Y yo, con Batería, Rafael, Ortiz, Mario… fuimos creciendo todos. Porque a lo mejor cuando veo que tú empiezas a trabajar más, yo veo que puedo reflejarme en ti, y a lo mejor decir «si yo entreno así a lo mejor yo también puedo meter dos o tres goles». El éxito de nuestro equipo no fue un jugador, no fue que Ricardinho viniera a Inter. El momento de aparecer Ricardinho, apareció… pero cuando no apareció, aparecía Rivillos, y cuando no era Mario estaba Rafa. Tenemos un complemento de equipo muy fuerte y eso es lo que hace la diferencia. Porque tú miras a algunos equipos que tienen dos o tres grandes jugadores pero que si no salen ves que el equipo no consigue responder. Yo me quedo muy contento por haber cambiado un poquito ese chip de competir más, de entrenar con más intensidad porque juegas como entrenas. Hay que competir siempre al máximo. Echarnos una mano todos porque un día tú no estás bien pero tengo que darte la mano para levantarte, para que vengas detrás de mí, porque al final el éxito no es de un jugador, es de todo el equipo.

¿Y cómo has logrado que tu forma de jugar, alegre, arriesgada, cuaje en un equipo tan ordenado como el que ha creado el entrenador Jesús Velasco?

Cuando llegué a Inter yo no era un fichaje del entrenador, era un fichaje del presidente, del club, que quería apostar por un jugador así y a lo mejor podía no dar nada, pero apostaron por mí. Velasco, en la primera reunión que tuvimos, antes de empezar ese trotecito que damos en partidos, me dijo «oye, te voy a dejar dos cosas muy claras. Tú no eres un fichaje mío, y segundo, tú eres el que va a decirme cuántos minutos vas a jugar. Te voy a meter cinco y si aprovechas los cinco vas a jugar siete, de siete a doce, de doce a quince… y a lo mejor treinta». Y yo le respondí, «no, pero yo no quiero jugar treinta, yo quiero jugar cuarenta», para darle ese toquecito de que sí, tú vas a intentar buscar todo lo mejor que tengo pero yo te voy a demostrar que tengo un poquito más todavía. Entonces cuando empezamos así, Velasco vio en mí a un jugador que se entrenaba solo, que siempre estaba apoyando al equipo, que no bajaba los brazos, que no pone malas caras. Que era un tío que venía para ayudar. Y Velasco tiene una forma de jugar muy propia, de movimientos y eso, pero tiene una cosa muy buena, como tenía otro entrenador que tuve en Portugal: quiere que todos los jugadores sepamos lo que tenemos que hacer, pero cada uno tiene que decidir en cada momento. No es una ciencia exacta. Tú que eres el que está jugando eres el que ves si el rival te va a hacer eso o no. Velasco te da un poquito la capacidad de decidir a ti y yo creo que eso saca lo mejor que tienen los jugadores. Porque existe el otro extremo que son jugadores que parece que están en la cárcel. Velasco aprovecha así los jugadores que tenemos, que son muy habilidosos, muy rápidos, con mucha calidad de finalización. Ese es el secreto.

¿Dónde aprendiste a jugar así?

Mi familia era una familia muy humilde, no teníamos muchas posibilidades. Y todo lo que podía lo convertía en balón, unos calcetines con un poco de celo por ejemplo, y así jugaba. Desde muy joven, que empecé a jugar en una cancha que teníamos enfrente de mi casa, y siempre lo hacía con gente mayor que yo. Me fijaba mucho. Toda la gente habla de lo que hago yo con el balón, pero yo creo que mi mayor calidad es aprender muy rápido, sacar lo bueno que tiene éste y aquel. Bueno, luego hay que tener el coraje de hacerlo en partidos, en momentos que la gente dice no puede ser’, en el minuto 39 o cuando vas perdiendo 2-0. Fue desde pequeñito, sacando un poquito de la gente con la que jugaba, también en el fútbol, que jugué siete años. Una vez en un entrenamiento intenté incluso hacer una tontería que vi en un partido de Hockey, una cosa que el español Pedro Gil hacía con el palo, y casi me rompí un tobillo… Va un poco por tu creatividad, y bueno, que ahora con el Youtube puedes aprender lo que quieras. Pero antes era más complicado.

Lo más increíble es el respeto que te tienen los rivales, incluso cuando les sobrepasas con un regate de los tuyos

Es una conquista. Cuando estaba en Benfica y jugamos una vez contra Inter, miraba mucho a Marquinho. Una vez hicimos una entrevista que se llamaba 'Uno contra uno' y la primera pregunta que le hice fue que cuando en Portugal yo hacía un regate a la gente no le gustaba, me daban patadas, y no entendía por qué a él le respetaban y si lo hacía yo me llamaban tonto. Y me dijo que el único consejo que me podía dar es que no cambiase. Porque si cambiaba la gente iba a decir ves, lo hacía por tontería, pero si lo haces siempre van a decir ese es su juego, tenemos que aceptarlo. A lo mejor cae una patada igual, pero respetando al rival. Aquí en España me ha pasado solo una vez, en Jaén, cuando hice la famosa «lambretta», que a la gente en el momento no le gustó, ni al rival tampoco, pero al acabar el partido me saqué doscientas fotos, dando la mano a la gente… Creo que fue toda una conquista. Hago las cosas que hago y siempre sonriendo porque creo que es así como tengo que jugar.

Pero según la gente te va conociendo, ¿cada vez es más difícil para ti poder desarrollar tu juego o sorprender con tus jugadas?

Yo les conozco a ellos y ellos a mí también. Ya hay jugadores que no me entran, que no meten el pie, y es más difícil jugar. Pero yo creo que precisamente ahí está la calidad de un jugador. Un jugador no puede ser solo regate o tiro a portería, tienes que saber complementarte. Si me miras los cinco primeros minutos de un partido casi no se me nota, porque no estoy jugando, estoy analizando lo que puedo mejorar, buscando al peor defensor, los movimientos del portero, si juega mejor con una mano o con otra… Intento dar ese pasito más porque sé que cada día es más difícil. Si te regateo dos veces y no juego más contra ti no me vas a quitar el balón. Pero si sigo jugando contra ti quince partidos empiezas a ver cómo me metes el pie. Y yo intento ver si un tío me va a meter el pie izquierdo o el derecho, si me ataca con el cuerpo… Lo vas viendo en los primeros minutos de partido, cuando la gente todavía no está muy activa en el partido. Sé que cada partido y cada año va a ser más difícil, pero por esto me gusta jugar en esta liga, para mejorar cada día más.

Has sido nombrado mejor jugador de la Liga dos temporadas consecutivas. ¿Este año vas a por la tercera o esas cosas no te las planteas?

No hay nadie más humilde que yo pero soy un jugador que desde el primer día de la temporada pongo una línea con los objetivos que quiero y pongo los individuales. Yo quiero ganar todo, no sé pensar de otra manera. Quiero ser el mejor jugador, el mejor ala, el pichichi, el que mejor saca los córners… Yo quiero siempre ser el mejor en todo. Luego si gano o no eso ya no lo sé, porque va a depender de un éxito colectivo. Si ganas títulos es más fácil ganar algo individual. Además, si te pones unos objetivos personales altos vas a ayudar a tu equipo, pero si los metes bajos, pensando solo en el colectivo, al final te vas a quedar corto. Si doy lo mejor de mí, si quiero ser el pichichi, voy a ayudar al equipo. Si quiero ser el mejor ala voy a ayudar a que Rivillos y Borja que juegan en mi posición mejoren también, porque quieren minutos. Hombre, ya estar en la lista de los jugadores que han ganado dos veces el premio a mejor jugador de la liga es muy bueno para un jugador que ha venido simplemente hace dos años. Pero si puedo ganar el tercero estaré en la pelea, seguro.

¿Qué es lo que más te ha sorprendido de la liga española?

La competitividad. La organización ya sabía que era muy buena. En casa sabes que puedes meter más goles, porque la gente sabe que juega en casa de Inter contra Inter. Pero lo que más me sorprendió son los equipos que juegan en su casa, que parece que están jugando una final. Si bajas un poquito la intensidad juegas de igual para igual. Me ha ayudado mucho en mi manera de pensar, que estoy intentando también llevar a la selección portuguesa, porque allí cuando escuchan Brasil, Italia o España la gente ya no consigue casi ni entrenar.

¿Y el jugador que has descubierto y te ha sorprendido al venir a España?

Yo era ya un seguidor de la liga pero no tenía ni idea de la calidad que tiene Rafael. Es impresionante. Sabía de la calidad de Batería, que creo que en unos años va a ser el mejor, porque tiene una zurda impresionante y es un chico joven que siempre está intentando jugar con alegría. Pero nunca vi nadie como Rafa. A lo mejor entrena al treinta por ciento pero en los partidos mete el doscientos. Si hubiera visto jugar a Rafael antes, lo mismo no tenía un tatuaje de Falcao y lo tenía suyo.

¿Por encima de la Liga, este año el gran objetivo del club es la UEFA Futsal Cup, la Copa de Europa?

En la pasada Masters Cup yo estaba más concentrado porque quería probar algo. Cuando jugamos la pasada UEFA Futsal Cup se habló mucho en Portugal. «Sí, Ricardinho no ha jugado, pero no es un jugador que haga diferencias». Y yo quería demostrarlo sí o sí. No tengo que demostrar nada a nadie ya porque los años van hablando por mí, lo que hago dentro y fuera de la cancha. Pero yo estaba con el objetivo fijado. Sabía que era pretemporada pero me fui preparando especialmente, como suelo hacer en los últimos partidos de liga cuando tenemos puntos de diferencia en la tabla, que normalmente bajo un poquito el ritmo y entreno otras cosas que creo que van a ser importantes en los playoffs. Y aquí hice igual, porque quería tener piernas fuertes allí. Y mi actuación (seis goles en dos partidos) fue una respuesta para ellos. No estoy diciendo que conmigo hubiéramos jugado la Final Four, pero sí que habría sido diferente. Y con Rafael que no había podido entrenar y jugó porque sufría por el equipo, y que Ortiz se lesionó a los 10 minutos, y en cancha solo teníamos a dos jugadores que ya habían jugado el torneo. Me disgusta saber que tuvimos una oportunidad muy clara, porque nuestra calidad con la del Sporting no tiene comparación. Y creo que este año puede ser un año bueno, porque hay grandes equipos pero no están tan fuertes. Hay cinco o seis equipos muy buenos, pero nos vamos a cruzar con uno. Yo creo que Inter tiene muchas competiciones que jugar, pero debe fijarse un objetivo más claro. A lo mejor la Copa del Rey no hace tanta falta, pues vamos a dar minutos a los que juegan menos… Esta Copa de Europa no se puede escapar.

Venir a Inter era un sueño para ti. ¿Ha cumplido tus expectativas?

¡Desde los 18! Siempre hablaba con García… Es que es muy difícil hablar mal de Inter porque tenía mucha ilusión de jugar aquí. Yo tenía una oferta más fácil de aceptar, más clara, de un equipo que estaba ganando todo en España y podía haber pensado ¿me voy a meter en un lío cuando puedo meterme ahí, tranquilito? Pero soy así. Normalmente en cada país juego en un equipo. Me adapto a un equipo y gano un cariño muy grande con el equipo. El dinero viene y va pero el respeto y el cariño que tienen los aficionados y el club por ti te va a valer más pasta, o más cariño o más todo más tarde. Y yo siempre había dicho que si venía a jugar a España vendría a Inter. Y te puedo decir que venir me supuso ganar cinco o seis veces menos. Vine aquí a demostrar que podía jugar en Inter y que lo merecía, porque por aquí han pasado los mejores y yo quería estar en esa lista de los mejores, y jugar en la liga española. ¿Que hay cosas que mejorar?, claro, como en todos los clubes. Pero que estoy a gusto y que estoy en casa… creo que lo ha demostrado el contrato que he firmado ahora, que no sabía por cuántos años era y lo firmé. Dije, tú mete los años que quieras y yo firmo y ya está. Yo estoy a gusto. Me gusta el equipo, me gusta el proyecto que tenemos y me gusta la gente.

¿Y qué te ha sorprendido más del club una vez que lo has conocido por dentro?

La manera en la que se vive el club. Normalmente un club está muy estructurado, con cada persona trabajando en su parcela, y aquí no. Hay mucho compañerismo. Parece una familia, estamos muy apegados todos. Hay algo que no es normal en un equipo. Es muy profesional, pero muy familiar. Y esto me ha gustado mucho.

¿Y de la ciudad? ¿Qué te parece Madrid?

Había venido dos veces a Madrid y no la conocía mucho. Me gusta, pero me falta la playa. Siempre digo que si Madrid tuviera playa sería la mejor ciudad del mundo. Estoy muy a gusto, la gente me trata bien, es de hablar y eso me gusta porque yo hablo mucho. La gente es muy accesible. Mi familia ha venido y le ha encantado. Mis amigos vienen todos los fines de semana. Y los portugueses que vienen aquí se quieren quedar aquí porque al final es una ciudad muy buena.

Tu presencia en Madrid coincide con la de quizás el portugués más ilustre del mundo, Cristiano Ronaldo. ¿Alguna vez coincidís? ¿Tenéis buena relación?

No me gusta hablar de las veces que veo y hablo con Cristiano, pero te puedo contar que hablé una vez con él que fue muy especial. Yo estaba un poquito bajo, porque íbamos a jugar el Mundial pero el equipo estaba triste, perdido… Y comentaba eso con mi representante de Nike, que es también el de Cristiano, y me lo pasó. Y estuvimos hablando de fútbol sala y me dijo que Marcelo tenía el gol que yo metí en Japón y me dijo «tenéis que hacerlo que queremos verlo aquí». Y escuchar de una persona que está en un mundo que va más allá del fútbol, porque Cristiano y Messi están en otro mundo, que es un icono, un ídolo de millones de personas, te da algo especial. Él me invita al Bernabéu, pero yo no tengo que demostrarlo sacando fotos, lo importante es lo que guardo yo para mí.

Lo curioso es que quizás por tus características, se te puede asociar o comparar más con Messi que con tu compatriota

Sí, eso es lo que la gente me dice: «a ti te gusta Cristiano Ronaldo, pero tú eres más Messi, por la manera en como juegas, tocas el balón, pequeñito…»

Tu nivel de fama no llegará al de un deportista tan mediático como Cristiano, quizás sí en Portugal, pero aquí en España ¿la gente te conoce por la calle?

Mis amigos bromean conmigo sobre eso. Me dicen, el año pasado salíamos a cenar o de fiesta y estábamos genial, y ahora ya no se puede en ningún sitio. O en el club, compañeros como Carlos Ortiz me dicen “han pasado por aquí quinientos jugadores y nunca vimos nada como tú”. Una vez fuimos a ver un partido de baloncesto del Madrid y estaba sacándome fotos cada minuto, y piensas jo, al final se ve fútbol sala aquí. Y voy a restaurantes y la gente me pregunta por los partidos, y eso al final es una conquista mejor que un título, porque la gente te reconoce tu trabajo. Porque estás haciendo algo en otro país, pero que lo haces con placer, con corazón y que das todo en la cancha.

Ricardinho, el «mago» del parqué

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