Bádminton

La mejor Marín, a por su segundo oro mundial

La española supera un durísimo partido contra Sung, en el que remontó un 8-13 en el tercer set, y se mete en la final (21-17, 15-21 y 21-16)

La mejor Marín, a por su segundo oro mundial Reuters

Laura Marta

Ha descubierto el bádminton a todo un país y los aficionados españoles responden. En las gradas, caras con ojos rasgados y camisetas de la selección española, gritos de ¡Carolina, Carolina! Se lo ha ganado, y Carolina Marín sigue haciendo historia. Un año después de su hazaña del oro, se mete en su segunda final consecutiva. El domingo, a revalidar el título.

Le tocó un hueso duro, la coreana Ji Hyun Sung, pero la española no es la número 1 del mundo por casualidad. Atacó desde el inicio, buscó los huecos de su oponente y fue muy superior en un primer set con el que encauzaba la final. Pero Sung se convirtió en un muro impenetrable en la segunda manga. Se fue en el marcador hasta el 7-1, un mundo de dificultades para Marín.

La española tiró de repertorio de golpes, a la busca y captura de los pequeños resquicios que le permitieran entrar de nuevo en el partido. Los encontró y firmó una ilusionante remontada hasta el 14-12. Y la tensión alargó los puntos porque ninguna quería ceder. Tan cerca de la final, o del empate. Y ante los ataques de una, respondían las defensas de la otra. Pero la española pagó el esfuerzo de remontar y terminó cediendo por 21-15.

Los diálogos con el árbitro , que no le permitió secarse o quitar unas gotas de sudor de la pista, descentraron a la onubense de 22 años al inicio del definitivo parcial. De nuevo a contracorriente, sufrió un nuevo golpe de la coreana que se fue en el marcador por 13-8. Otra vez sufrir, después de una hora de partido.

No obstante, la mejor Marín , la que sale de los apuros con la agresividad que la caracteriza, con los gestos y la raqueta, sumó punto a punto una nueva remontada. Para empatar el encuentro, para meter presión en la mano de Sung, para ilusionarse -e ilusionar- otra vez. Un punto más de adrenalina en su sangre y confianza en su muñeca, se convirtió en un ciclón. Con un parcial de 10-0 , la española se creció, sopló sobre su mano mágica y arrinconó a su rival, apuntando a una nueva final. Sin contemplaciones, dejó a la coreana con solo tres puntos por los trece de la española. En su mano el segundo oro de su palmarés, y de todo el palmarés del bádminton español. Y cada vez, más ¡Carolina, Carolina! en las gradas de todo el mundo.

La mejor Marín, a por su segundo oro mundial

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