polideportivo
Deportistas orgullosos de los símbolos españoles
Numerosos campeones, algunos resistiendo las presiones en su tierra, Cataluña, hacen campaña a favor del respeto al himno
Tras el concierto de pitos al himno en el Camp Nou en la final de la Copa del Rey y la equidistancia mostrada por los futbolistas que protagonizaron aquel partido ha surgido un movimiento con menos altavoces, pero sin duda importante, de deportistas que no se avergüenzan de los símbolos nacionales o, como mínimo, piden respeto para ellos. Algunos han nacido en Cataluña y sufren un ecosistema enrarecido; otros, como Johan Cruyff –holandés de nacimiento, catalán de adopción– tampoco se esconden: «A uno que pita el himno le falta un tornillo».
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La mayoría simboliza la rica variedad de este país, como las campeonas del mundo de gimnasia rítmica que grabaron un vídeo bajo el «hashtag» #elhimnonosepita , una iniciativa secundada por los miembros del K4 español de piragüismo y por Ander Mirambell, que compite en skeleton representando a España desde 2005.
«Parte de nuestra cultura»
Mirambell (Barcelona, 1983) comenta a ABC que el himno «es parte de la cultura de un país y, por lo tanto, hay que mostrarle el debido respeto» . En su opinión, las medidas que se deben tomar para que no vuelvan a ocurrir episodios como el del Camp Nou no deben basarse en «machacar sobre lo sucedido», sino «intentar evolucionar». El deportista que se esfuerza por dar a conocer en España el skeleton (junto al bobsleigh y el luge forma la vertiginosa tríada de descenso en trineo), nuestro primer olímpico en esta modalidad, ha participado en los Juegos de Vancouver 2010 y Sochi 2014. Reconoce que disfruta al escuchar el himno. «Es una gran sensación cuando suena en los torneos».
Otro catalán de pura cepa, el taekwondista Joel González , campeón olímpico, doble campeón mundial y de Europa, cree que la pitada refleja una realidad «complicada» en la que cualquier postura que se tome «está mal vista». Aunque más allá de ideologías políticas «no veo correcto pitar al himno». González, ganador del oro en Londres 2012 en la categoría de -58 kilos, insiste «si la gente quiere respeto y que se le escuche, no puede menospreciar a todos los españoles de esta forma» . Nacido hace 25 años en la localidad gerundense de Figueras, la polémica le toca de cerca y expone su realidad: «Yo me siento catalán y español, y estoy orgulloso de ello. Pero es una pena que en el podio de un mundial tenga que pensar en la repercusión que puede tener coger una bandera española».
Emoción en el podio
Ruth Beitia, capitana de la selección española de atletismo , vive una segunda juventud que supera en resultados a la primera. A sus 36 años, la campeona de Europa de salto de altura prepara el Mundial de Pekín que se celebra a finales de agosto. La cántabra no se muerde la lengua: «Me parece fatal que algunos de los jugadores del Barcelona que juegan en la selección justifiquen los silbidos. Particularmente no puedo describir la emoción que siento en lo alto del podio. Comprendo que haya personas que no lo compartan, pero al menos deben respetarlo. Ir a la selección es algo opcional, no es obligatorio».
Abel Antón, doble campeón del mundo de maratón , considera que «pitar a las instituciones y a los símbolos nacionales es una grave falta de respeto. Si alguien no entiende esta sencilla norma de comportamiento, lo tiene muy fácil: que no participe». Sobre el caso concreto de la final de Copa, el exatleta cree que la Federación de Fútbol «no está tomando las medidas oportunas. Debe sancionar de forma ejemplar a los clubes».
