Los secretos de la nueva «máquina azul»
La segunda liga consecutiva de Inter Movistar y la forma de conquistarla confirman su regreso definitivo a la élite
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12345Paciencia con el trabajo de Jesús Velasco
El Inter Movistar ha construído un gran equipo desde los cimientos, esto es, desde el puesto de entrenador. En contra de lo que pasó en años anteriores, en las oficinas del club madrileño han tenido la paciencia con Jesús Velasco y le han transmitido plena confianza, incluso pese a algunos tropiezos concretos, y la apuesta ya ha dado sus frutos.El técnico madrileño ha tenido la posibilidad de trabajar a fondo con el equipo hasta dotarlo de múltiples recursos y variantes para afrontar los encuentros en función de las características su plantilla, y ha sabido cómo dosificar y emplear a sus jugadores para sacarles el mejor rendimiento. Y a su vez la estabilidad del banquillo también ha permitido a los jugadores conocer a su «jefe», su estilo de trabajo, y lo que quiere de cada uno de ellos y del equipo en cada momento.Lo que queda de algunos partidos de Inter Movistar son las apariciones decisivas de Ricardinho, las jugadas de Rafael, los misiles de Rivillos o el muro que Jesús Herrero ha levantado delante de su portería con brillantes intervenciones, pero detrás de todo eso hay mucho trabajo por parte del cuerpo técnico.
Plantilla amplia y de calidad
Quizás sea el portugués Ricardinho, nombrado mejor jugador del mundo en 2014, lo que más luce en la plantilla interista, por su espectacular forma de jugar y por sus goles decisivos en la final y en otros partidos clave. Pero el grupo que ha juntado Inter Movistar y que este año le ha dado los títulos de la Copa del Rey y la Liga Nacional de Fútbol Sala va mucho más allá.Empezando por la portería, donde Jesús Herrero se ha hecho definitivamente con la titularidad demostrando sus enormes cualidades (que le han llevado también a la selección), y Luis Amado ha sabido adaptarse sin aspavientos ni polémicas al papel de suplente, preparado para jugar siempre que el equipo lo ha necesitado y demostrar por qué ha sido el mejor portero del mundo durante muchos años.En el cierre, Lolo ha ayudado mucho en su primera temporada en el club a un Carlos Ortiz que tuvo que enfrentarse a las lesiones. Pola y Rafael, versátiles hasta el extremo han brillado compaginando labores defensivas con su capacidad de desequilibrio en ataque. A la hora de marcar los goles, Rivillos y Cardinal -con dinamita en sus zapatillas- han respondido a las expectativas, y a ellos se ha unido Borja, que les ha sumado su facilidad para encontrar el camino a la red rival.Además, el joven David Pazos, que quizás ha tenido menos minutos de los que esperaba, el canterano Pablo Mel, o los brasileños Daniel y Álex, fichados en invierno, no han pasado desapercibidos y su aportación ha resultado fundamental para el equipo.
Fortaleza mental
Unos de los rasgos que más llaman la atención de este Inter Movistar es su personalidad, su fortaleza mental. Después de varios años de travesía por el desierto, la «máquina azul» ha recuperado el gen ultracompetitivo y ganador que tuvo la mítica «máquina verde». Los madrileños han vuelto concienciarse de la grandeza del club y han superado por fin la presión que en pasadas temporadas fue un lastre demasiado pesado y llegó a asfixiarles. Hoy por hoy el equipo confía en su calidad incluso en los momentos más complicados, como cuando ayer, en el cuarto partido de la final, ElPozo se puso con 4-1 a favor en el Palacio de los Deportes de Murcia. Un escenario que a otros equipos les habría minado la confianza pero que Inter Movistar consiguió revertir hasta ponerse con el marcador a favor (4-5) y conquistar el décimo título liguero de su historia.
Conexión con los aficionados
El Inter Movistar ha vagado durante su historia por varias sedes, pero por fín parece haber encontrado su sitio. Alcalá de Henares lo adoptó hace ya años, pero ha sido en las últimas temporadas cuando la ciudad complutense ha terminado de identificarse finalmente con el club más laureado del mundo. El trabajo desde las oficinas del Inter ha sido magnífico en este sentido, con constantes campañas para acercar al equipo a la gente y a la gente al pabellón para ver los partidos. Además, contar en la plantilla con jugadores tan espectaculares como Ricardinho y conseguir triunfos de manera regular ha terminado por fortalecer la relación.Todos estos factores han hecho del Fundación Montemadrid uno de los recintos con mejor asistencia de público de la Liga Nacional de Fútbol Sala en las últimas temporadas, lo que ha ayudado a su vez a hacer del pabellón un fortín para los rivales de Inter Movistar.
El factor Ricardinho
El portugués, designado mejor jugador del mundo en 2014, es sin duda alguna el factor diferencial del Inter Movistar. La guinda que hace de un gran equipo un equipo imparable. Pues resulta muy difícil sobrevivir a un equipo con un jugador capaz de meter cinco goles en un partido y nueve en una serie final por el título, además de varias asistencias. Porque si te centras en pararle a él dejarás espacios a otros jugadores también muy peligrosos, y si le dejas espacio es decisivo.Pero el «efecto Ricardinho» va incluso más allá, porque además de aportar al equipo sus habilidades con la pelota en los pies ha sido capaz de insuflar al vestuario un carácter ganador y una confianza en sí mismo de los que antes carecía. Un impulso que ya el año pasado empujó a los alcalaínos hasta proclamarse campeones de la Copa de España y de la Liga y que ha tenido su continuidad esta temporada con la Copa del Rey -la primera en la historia del club- y una nueva Liga.Con la renovación del genio portugués por las próximas cuatro temporadas, el InterMovistar se ha asegurado además de una buena dosis de magia, seguir metiéndose en finales y peleando por los títulos. Ya lo avisó el propio portugués, insaciable, tras proclamarse campeón de su segunda liga en España: «Esto no acaba aquí, ahora queremos la Copa de Europa».