giro de italia - etapa 21
Keisse rompe la tradición en Milán
El belga sorprende al pelotón en la última etapa y gana en una fuga con Durbridge
El Giro reservó una ratonera para cerrar la 98 edición. Lejos del desfile imperial por los Campos Elíseos de París o el soleado ascenso y descenso del Paseo de la Castellana en Madrid, preparó un circuito de cierta complicación por las calles de Milán, en torno a la Piazza Firenze y la zona del Sempione. Bastante peligro para acabar.
Antes de eso, en el Tinkoff se pintaron de rosa a los impulsos de su excéntrico propietario, el ruso Oleg Tinkov, para celebrar la victoria de Alberto Contador. Bicis con los manillares rosas, Tinkov con el pelo tintado de rosa, uno de sus ayudantes con la barba coloreada de rosa y mucho champán en todos los rincones del equipo azul y amarillo. Festejos tradicionales en el final de una carrera de tres semanas.
El desenlace fue completamente inesperado. El belga Keisse y el australiano Durbridge sorprendieron a los velocistas y rompieron con la tradición de un sprint. Dos ciclistas procedentes de la pista que aprovecharon el intrincado circuito milanés para dejar su sello. Ambos llegaron al final y Keisse fue más rápido que su compañero de fuga y adversario.
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