ciclismo
Degenkolb gana la París-Roubaix
El alemán añade el segundo monumento a su nómina de 2015 después de su triunfo en la Milán-San Remo
John Degenkolb ha conquistado dos piezas de primer nivel en la primavera de 2015. Todos su éxitos anteriores quedan rebajados frente a los dos monumentos del calendario. Primero fue la Milán-San Remo y este domingo, la clásica que hechiza los ojos, la París-Roubaix, el homenaje al adoquín en el frío norte de Europa.
Habían provocado tanta expectación dos nombres propios, Kristoff y Wiggins, que casi estaba cantado el triunfo de un ciclista alejado de estos pronósticos. Lo de Wiggins es fascinación por esta carrera. Todavía debe demostrar que está por encima de ella. Y lo del noruego Kristoff es casi pura lógica. Tantas victorias (11 este año, seis de ellos en los últimos siete días) le impedían maniobrar con cierta soltura. Todos iban a vigilarle.
El paso por los adoquines se completó sin lluvia, una bendición para todos ya que los últimos días algunos sectores del recorrido, en particular Arenberg y el Carrefour del Arbre, estaban medio anegados por el agua.
La carrera, los adoquines, el terreno angosto y los 253 kilómetros eliminaron a los débiles y encumbraron a los fuertes hasta el último tramo. Allí, cerca del velódromo de Roubaix, se gestionó la victoria. Un grupo de siete al sprint, dientes afilados y más velocidad para el alemán Degenkolb, el más feliz en el campamento de duchas al aire libre de Roubaix.
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