La FIFA se declara inocente a sí misma
Con el historial de escándalos que acumula la organización que rige el fútbol mundial, unir las palabras FIFA y ética parece un oxímoron, la relación de dos términos contradictorios, pero lo cierto es que la FIFA cuenta con una Comisión Ética. Ayer, a las nueve de la mañana, ese organismo falló que «no se produjo ninguna violación ni incumplimiento de las normas y reglamentos» en la concesión de los Mundiales de fútbol de 2018 y 2022 a Rusia y Qatar. Sus preparativos seguirán adelante y, según la FIFA, «se ha llegado a una conclusión que cierra el caso». Tal decisión ha indignado al investigador del proceso, Michael García, exfiscal general de Nueva York, que cuatro horas después de conocer la resolución anunció que apelará.
La adjudicación de los campeonatos se decidió en Zúrich, el 2 de diciembre de 2010. Rusia derrotó a las candidaturas de España-Portugal, Inglaterra y Holanda-Bélgica. Qatar, un país donde en verano el calor es de 50 grados, se impuso por goleada a Australia, Japón, Corea del Sur y Estados Unidos. Los sobornos de los cataríes a los electores de la FIFA eran de dominio público, tras ser destapados por la prensa británica y francesa. Pero el Comité de Ética dice no haber hallado una relación causa-efecto. Falta la pistola humeante. Michael García ha investigado los posibles sobornos durante 18 meses y ha entrevistado a 75 testigos, encontrando numerosas irregularidades. En sus pesquisas se ha topado con la negativa de algunos países a colaborar, entre los que estaría España, según los medios británicos. Por su parte Rusia destruyó los ordenadores que guardaban información sobre el proceso y prohibió a García visitar el país.
La derrota de la candidatura inglesa, que solo recibió dos votos, se encajó en Inglaterra como una afrenta nacional. Desde entonces, la peleona prensa británica ha convertido el caso como una de sus divisas y ha revelado que Mohamed Bin Hamman, un catarí que era presidente de la Asociación de Fútbol de Asia y miembro del comité ejecutivo de la FIFA, pagó 3,6 millones en sobornos a 30 miembros del comité elector que votó por Qatar 2022. Entre quienes apoyaron su candidatura estuvo España, a la que en su día se acusó de haber acordado con Qatar votarse mutuamente. Hamman fue suspendido a perpetuidad por la propia FIFA en julio del 2012 por otros sobornos, los que pagó para intentar hacerse con la presidencia de la organización disputando la presidencia al eterno Joseph Blatter, que lleva ya 16 años en el cargo.
Se da por probado que Qatar sobornó a directivos de la FIFA con coches y empleos para familiares, además de los pagos directos de Hamman. El Comité de Ética, presidido por el alemán Hans-Joachim Eckert, admite que hubo «varios incidentes», pero concluye que «no comprometen la integridad de las candidaturas de los Mundiales Rusia 2018 y Qatar 2022». El presidente de la Asociación Inglesa de Fútbol ha calificado esas conclusiones de «chiste».
Pero Qatar no es, desde luego, el único que intentó sobornar a los directivos electores. La investigación ha revelado que Inglaterra cultivó al dirigente de la FIFA Jack Warner, de Trinidad y Tobago, con un empleo para un familiar, una cesión de campos de fútbol de entrenamiento y el pago de una cena que costó 35.000 euros. Australia también incurrió en malas prácticas. Anécdotas, de todas formas, frente al estilo a lo grande de Hamman, que pagó 887.000 euros a Jack Waner poco después de que Qatar fuese el elegido. La causa catarí contó en España con el apoyo público y entusiasta del entrenador y simpatizante independentista Pep Guardiola.
El pasado junio, «The Daily Telegraph» implicó también a Michel Platini, presidente de la UEFA, al revelar que se vio con Hamman en un desayuno en París. Poco después, capital de Qatar se hizo con el París Saint Germain y un hijo de Platini fue nombrado presidente ejecutivo de la firma deportiva Burrda, financiada por Qatar. Platini, que rechaza toda acusación, votó por la candidatura catarí. Tras el carpetazo de la FIFA, el caso puede tener todavía una segunda vida en Estados Unidos. Según la BBC, el FBI está también investigando los sobornos.