¿Qué es el temple y qué significa «cargar la suerte»?
No es lo mismo torear despacio que acoplarse a la velocidad del toro
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Emplear un término u otro encierra, por supuesto, una filosofía , una valoración. No es lo mismo decir que ETA es «un grupo terrorista» o «un ejército de liberación»; decir España, simple y rotundamente, o sustituirlo por «en este país», «el Estado central» o «Madrit»; decir el «nacionalismo catalán» o el «separatismo»...
La tauromaquia clásica habla de parar, templar y mandar
Lo mismo sucede con los términos taurinos , claro está. El que sigue la Tauromaquia clásica habla de «parar, templar y mandar», de «cargar la suerte», de la «casta brava» , de «lidiar». Leer estos términos ya me predispone a favor, aunque su significado sea discutible.
El «temple» consiste en acomodar el movimiento de los engaños a la velocidad del toro, a lo largo de toda la embestida. Si se mueven demasiado rápidos, el diestro no manda y queda al descubierto, con el riesgo que eso implica; si van demasiado lentos, el toro tropezará las telas, desluciendo el remate del pase y aprendiendo.
La lentitud
No coincide exactamente con la lentitud pero el ideal consiste en ir acomodando la embestida , para torear más despacito. Define Corrochano: «Se templan las cuerdas de una guitarra para buscar la armonía; se templa el toreo, esto es, se busca la armonía del movimiento del toro que acomete y del movimiento del torero que torea... Para torear hace falta temple».
«Cargar la suerte» coincide con la expresión popular «echar la pata “p’alante”». Precisa Domingo Ortega , en su conferencia del Ateneo: «Con el compás abierto, el torero alarga pero no profundiza; la profundidad la toma el torero cuando la pierna avanza hacia el frente, no hacia el costado».
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