CRÍTICA DE TEATRO
«Leyendo Lorca» y «Una habitación propia»: femenino plural
Irene Escolar recita al poeta granadino y Clara Sanchís interpreta a Virginia Woolf

¡Qué valiente y galana está Irene Escolar sobre el escenario del Pavón Kamikaze leyendo Lorca! Enfundada en un precioso vestido azul de Sybilla , la joven actriz imponente pasea delicada y decidida por diversos espacios de la obra del poeta granadino. Arranca con un extracto de la conferencia sobre « Poeta en Nueva York », perfecta antesala del ovillo de palabras posterior, en el que alterna la voz de la Novia y la Madre de « Bodas de sangre », y continúa con acento teatral con « Doña Rosita la soltera », « Yerma » y « El público », antes de adentrarse en el sendero de la poesía, cuya primera estación íntima son los « Sonetos del amor oscuro ». Entona el «Grito hacia Roma» de « Poeta en Nueva York », y unos extractos de la «Biografía de Federico García Lorca» escrita por Ian Gibson le sirven de puente hacia la «Gacela de la muerte oscura» del «Diván del Tamarit», para concluir con un fragmento de la intervención de la Madre de « El público ».
«Leyendo Lorca» / «Una habitación propia» (****)
«Leyendo Lorca». Espectáculo sobre textos de Federico García Lorca. Dirección e interpretación: Irene Escolar. Vestuario: Sybilla. / «Una habitación propia». Autora: Virginia Woolf. Versión y dirección: María Ruiz. Vestuario: Helena Sanchis. Intérprete: Clara Sanchis. El Pavón Teatro Kamikaze. Madrid
Un gran trabajo de intimidad, hondura y precisión interpretativa que visita las claves de un autor cuya sonoridad y vuelo metafórico le hacen a veces ser pasto de la desmesura declamatoria. Nada de eso hay en este « Leyendo Lorca », que no es un recital, sino un hermoso itinerario por el universo creativo del escritor, medido, intenso, tan contenido como emocionante y expresivo.
Ha abierto un ciclo del Pavón Kamikaze, « Femenino plural », del que también forma parte otro espectáculo íntimo, inteligente y excelentemente empaquetado, « Una habitación propia », versión de la conocida obra de Virginia Woolf firmada y dirigida con recogimiento, brillantez y desparpajo por María Ruiz . Clara Sanchís interpreta con acierto ese tono de vehemencia irónica fronteriza con el sarcasmo que anima el célebre texto de 1929, en el que la narradora británica formula algunas premisas esenciales para poder dedicarse a la literatura: un espacio propio e independencia económica, algo muy difícil durante siglos para las mujeres, consideradas mental, moral y físicamente inferiores a los hombres, y limitadas por una legislación patriarcal. Histórico gran alegato feminista que es imposible escuchar sin sentir, junto a la admiración por su elegante contundencia expositiva, un tañido de congoja anudado al pecho. Funciona muy bien la sencilla puesta en escena planteada por María Ruiz como una conferencia que pronuncia de modo admirable Clara Sanchís, intérprete también de bellas cesuras pianísticas bachianas.