«La jaula de grillos»: canto a la tolerancia en el cabaret
El teatro Amaya presenta la obra de Jean Poiret, protagonizada por José Saiz y Alberto Vázquez
![José Saiz y Alberto Vázquez, en un momento del espectáculo](https://s3.abcstatics.com/media/cultura/2017/01/20/jaula-kGIB--620x349@abc.jpg)
Jean Poiret , un actor francés, escribió « La Cage aux folles », estrenada en 1973. De su texto surgió un musical con el mismo título, estrenado en Broadway una década después; y una película, « Vicios pequeños », de 1978, que tendría dos secuelas: « La jaula de las locas » (1980) y « La jaula de las locas: ellas se casan » (1985), las tres con Ugo Tognazzi y Michel Serrault . También Hollywood se ha fijado en la historia: « Una jaula de grillos » (1996), de Mike Nichols.
Ahora vuelve a escena en un espectáculo musical que recoge algunas canciones del musical de Jerry Herman (entre ellas el himno «I am what I am»)y las mezcla con grandes éxitos de los años ochenta: Village People, Gloria Estefan, Gloria Gaynor ... La versión es de J. V. M. Luciano y la dirección es de José Saiz . Él mismo encabeza el elenco junto a Alberto Vázquez. «La idea -cuenta este actor- es que el público sea el espectador del cabaret y al tiempo asista a una especie de “gran hermano”. Y por lo visto hasta ahora -el espectáculo lleva unas 70 representaciones-, el público entra desde el minuto uno en el código».
La obra, en la que una pareja homosexual se ve obligada a ocultar su condición para agradar a la futura familia política de un joven al que han criado como a un hijo, sigue de actualidad según Vázquez. «La situación se ha normalizado , pero en el corazón de mucha gente sigue viéndose como algo incómodo ver, por ejemplo, besarse a dos hombres».
« La jaula de grillos » -título de esta adaptación- es una «maravillosa historia de amor entre cincuentones » que cala en el público. «No sabe el cariño que le toma la gente a estos personajes, cómo se emocionan con ellos. Una mujer me abrazó a la salida del teatro un día, y me dijo que después de ver la función comprendía a su hijo».
La obra es muy libre y también un canto a la tolerancia , donde «los que son aparentemente unos pervertidos dan una clase de moral y quienes son “íntegros” finalmente resultan ser una basura. Pero todo termina en su sitio».