Julio Bocca: «Los jóvenes tienen de todo, pero no lo saben valorar»
El exbailarín argentino regresa al frente de la compañía que dirige, el Ballet Nacional Sodre de Uruguay
Julio Bocca vuelve a Madrid. Ya hace siete años que colgó las zapatillas, y regresa como director del Ballet Nacional Sodre, de Uruguay. El conjunto se encuentra de gira por España con el ballet de Mauricio Wainrot «El Mesías», sobre la partitura de Haëndel, que interpreta en los Teatros del Canal la Orquesta y Coro Verum . «Va a ser un desafío para nosotros, porque nunca la hemos hecho con música en directo», dice el exbailarín.
Ha vuelto Julio Bocca a nacer. Cuenta que tuvo un accidente de tráfico hace unas semanas, y enseña como sin darle importancia las fotos que guarda en su móvil del estado siniestro en que quedó el coche que conducía. «Por suerte, no tuve más que raspaduras. He vuelto a nacer».
Ya lo hizo cuando se retiró y se fue a vivir a Uruguay. «Estoy muy bien allí. Sigo teniendo mi corazón en Argentina, por supuesto, pero no guardo apenas relación. En Uruguay me dí cuenta de que era la primera vez que vivía en un país. Yo en Argentina no viví; a los catorce años empecé a viajar y cuando iba era para trabajar. Pero tener una casa, un trabajo... Eso no lo viví. En Montevideo hago una vida normal. Puedo ir al supermercado, pasear por la rambla, ir al cine , salir a un restaurante a comer. Hay cosas que a mí me gustan, como la tranquilidad; y Buenos Aires es una locura».
No echa de menos Argentina, ni tampoco el escenario. «¡No!», dice tajante. «Disfruto mucho estando a este lado y viendo cómo se arman las producciones. No volvería a pasar otra vez todos los dolores... Si acaso –medita– volvería para hacer algo con Alessandra Ferri», su compañera de tantos años.
Se confiesa feliz con su compañía, pero reconoce que no comprende a los bailarines jóvenes. «Es difícil que pongan pasión y entusiasmo en el trabajo, ytenemos que cambiar la forma de comunicarnos con ellos. Hemos tenido que recurrir al coaching, que se utiliza en el mundo de la empresa, y que nos ha dado pautas de actuación, como que los bailarines tengan una serie de tutores, a los que puedan acudir con sus problemas laborales y personales».
«Me gustaría –añade Julio Bocca– que la energía que muestran en las funciones la tuvieran también en el trabajo cotidiano, que se “mataran” en los ensayos, y trato de explicarles que es muy importante. Y lo tienen todo:sala de kinesiología, estamos haciendo estudios de nutrición para prepararles una tabla, que no existe en el mundo del ballet. Les he traído un psicólogo... Métodos que se usan en el deporte de élicte. Tienen todo eso y yo siento que no lo valoran. Para muchos es su primer trabajo, y estas comodidades son para ellos lo normal. No han tenido, como yo, que bailar en suelos de todo tipo, ni han tenido que compartir camerino con toda la compañía. Lo único que tienen que hacer es bailar, que es lo que les gusta, y nada más. Por eso les pido que lo aprovechen , porque nunca se sabe lo que va a durar».