entrevista

Karen Souza, la personificación del jazz más «cool» y sensual

La cantante argentina presenta en Barcelona y Madrid su disco «The Essential Collection»

Karen Souza, la personificación del jazz más «cool» y sensual abc

pablo martínez pita

Es una cantante que se dedica a hacer versiones en clave de jazz de conocidas canciones de pop. No es algo novedoso, por lo que hay que hacerlo muy bien para hacerse un nombre con estas credenciales. Karen Souza es de esas. Esta cantante argentina logra insuflar una nueva vida a temas tan dispares como «Tainted Love», «Personal Jesus» o «Billie Jean» , con un revestimiento asombroso de refinamiento, de swing o cadencia brasileña, según sea el caso.

Comenzó haciendo esto mismo, a veces usando seudónimos, en recopilatorios como «Jazz and 80s», «Paris Dernier», «Hotel Costes». No tardó en destacar y comenzar a publicar discos bajo su propio nombre, hasta llegar a su nuevo lanzamiento, «The Essential Collection», con el que viene a actuar a España los días 16 y 17 de junio, a Barcelona (Luz de Gas) y Madrid (Galileo) respectivamente.

-¿Cuál es el secreto, o su secreto, para hacer una buena versión?

-No tengo un secreto, tampoco una técnica, sólo canto con el corazón. Las canciones que interpreto tienen que gustarme, esa es la premisa principal para transmitir.

-¿Qué voces del jazz o de cualquier música más te han influido y/o más admiras? ¿De la que más has aprendido?

-Desde chica siempre preferí artistas masculinos, de alli deben venir mis tonos graves. Si tengo que nombrar a uno de ellos es Frank Sinatra, creo que entre la calidez de su voz, su swing y su physique du rol se ha convertido en uno de mis máximas influencias.

-¿Ha habido alguna canción a la que hayas encontrado especiales dificultades para llevarla hacia tu estilo, que incluso la hayas descartado?

-No, la realidad es que no actuamos caprichosamente. Muchas veces pensamos «esta canción quedaría genial en nuestro estilo» pero en la medida en que no le aportamos nada o que incluso sentimos que no le estamos haciendo «un bien» a la canción, rápidamente cambiamos la búsqueda. Afortunadamente para la humanidad, tenemos una libreria musical plagada de canciones hermosas para disfrutar y en nuestro caso, para reinterpretar.

-¿Ha recibido alguna vez opiniones de los autores de las canciones?

-No, la verdad que no he tenido la oportunidad. Pero me encantaría saber cual es su opinión en algunos casos y sobretodo que sepan que para mi es un acto de amor, porque amo sus canciones, las canto.

-¿Cómo le gusta que sea su espectáculo en directo?

-En el vivo nos gusta representar la escena de los años veinte, esa cosa intima e intimista, que nos permite explorar sentimientos profundos. Privilegiamos el lugar de la canción, esto quiere decir que preferimos hacer mas de veinte canciones. No nos gustan los recitales en los que te llevas poco, en los que el artista interpreta poco y habla mucho; no estamos en contra de esto, pero definitivamente no es nuestro estilo. Nos gusta tomar recital como un viaje casi sin interrupciones y que la audiencia se lleve todas las canciones que vino a buscar y algunas sorpresas también!

-¿Siente que a veces se logra una conexión especial con el público?

-Si, totalmente. Cuando hay una predisposición de disfrute se logra algo único, que sólo sucede ahí, ese instante. Y son cosas que me llevo para toda la vida. Nunca voy a olvidar, nuestra primera presentación en Tokyo, estábamos ya por el final de una gran canción que adoro, «My foolish Heart», y de repente veo en la audiencia una señora emocionada hasta las lagrimas. Ese momento, esa sensación es mía y de aquella señora, las dos abrimos nuestro corazón y nos dispusimos a la emoción. Y menos mal que ya era casi el final de la canción, porque sino me pongo a llorar con ella!

O aquel chico en México, en el Monumento de la Revolución, era un show abierto y gratis para todos, y este chico estaba hasta atrás del todo, pero automáticamente lo vi y cantamos todo el concierto juntos, aunque estábamos lejos físicamente. Al terminar el concierto lo llamé con señas y le regalé una flor de las que siempre me acompañan. Ni ese chico ni yo olvidaremos nunca esa hermosa tarde.

-También has compuesto canciones propias. ¿Resulta especialmente difíicil, de cara al público o por autoexigencia, cuando se comparte el repertorio con temas tan reconocidos?

-No, creo que todo tiene una coherencia y está en nuestro toque la conexión entre mis temas y las versiones. De hecho no existe en nosotros el diferenciar entre unos y otros, no hay exigencias. Hotel Souza, nuestro segundo disco es en su mayoría un álbum de canciones propias, y ha sido muy bienvenido por la audiencia, tanto como los otros dos.

-Tengo entendido que empezó su carrera con seudónimos en recopilatorios. ¿Cómo fue el salto a publicar un disco con su propio nombre?

-Yo no establezco una diferencia sino un rumbo. Karen Souza es un proyecto, que no adjudico solo a mí, sino de un grupo de gente unida por este fin. Todos los proyectos incluso este fueron y son definitorios para ubicarnos donde estamos hoy.

Como bien decís comencé con otros seudónimos o proyectos, allá por los 2000, donde se gestaba el nacimiento del Chill, el Deep house, y géneros similares agrupados dentro de lo «cool». Con mis amigos DJ's y productores creábamos canciones que luego alcanzaban sagas como los compilatorios del «Hôtel Costes». Es alli cuando me escucharon del mundo del jazz y a partir de los exitosos Jazz & 80's nuestro rumbo cambió.

Por el momento me siento muy a gusto entre el jazz, la bossa nova y el blues, pero no descarto que en un futuro cambiemos nuestro camino con proyectos distintos.

Karen Souza, la personificación del jazz más «cool» y sensual

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