La carta de amor de Javier Reverte a Roma
El autor de viajes más leído se sumerge en los secretos de la ciudad eterna en su nuevo libro, «Un otoño romano»
«Lo verdaderamente grande no debe de tener ninguna afectación», escribía Stendhal en «Paseos por Roma» , en opinión de Javier Reverte, el mejor libro escrito sobre la capital italiana. Con esa sensación de naturalidad, de sentirse parte de una ciudad a la que por algo llaman eterna, el autor ha escrito «Un otoño Romano» (Plaza & Janés), obra que ayer presentó en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando junto a su director, Antonio Bonet , y el editor David Trías . El libro, escrito en forma de diario, es el resultado de los tres meses que Reverte pasó como becario emérito en la Real Academia de España en Roma , gracias a la sugerencia de José Antonio Bordallo , amigo personal del autor.
Allí, Reverte tuvo la suerte de disfrutar de un apartamento desde cuya ventana trasera podía ver el «maravilloso» Tempietto de Bramante , justo a espaldas de su dormitorio. «Me sentía parte del monumento», explicó ayer el autor. «Roma la conocía ya, pero nunca había vivido allí, era casi como una asignatura pendiente. Antes leí mucho sobre Roma, y me di cuenta de que los grandes escritores modernos que habían escrito sobre Roma lo habían hecho en forma de diario. Se me ocurrió que esa fórmula era una manera muy vital de acercarse a la ciudad».
Así, día a día, Reverte fue experimentando un amor intenso hacia la ciudad, que se fue desarrollando y plasmando en las páginas del libro. «Las ciudades tienen un alma que late. La de Roma me costó trabajo encontrarla, la iba descubriendo en ese proceso amoroso». El autor se mimetizó con la ciudad y quedó prendado, hasta el punto de que «ya no puedo vivir sin ella».
El carácter de Roma
Porque Roma, según el escritor, «es una ciudad que no termina nunca, pero se esconde, te dice: “Descúbreme tú”». Fue en esa atmósfera de sugerencia y misterio en la que Reverte, de repente, descubrió un día, medio escondido en la iglesia de San Agustín , el fresco del Profeta Isaías pintado por Rafael . «Esa especie de secretismo romano es parte de su carácter», unido, además, a la «naturalidad con que todo se ofrece», destacó Reverte. Es quizá por eso por lo que Roma, en opinión del autor, «a lo largo del tiempo ha seguido siendo siempre una ciudad importante, desde la época del Imperio Romano, sobre todo en Occidente». Una ciudad «llena de influencias»… y de turistas, «siempre está llena de gente».
«La gente está acostumbrada a libros exóticos míos, pero este es un homenaje a la belleza»
«Italia es la versión cómica de España, y España es la versión trágica de Italia», solía decir Indro Montanelli , y, en definitiva, «Un otoño romano», es el homenaje a Roma de Javier Reverte. «Aunque la gente está acostumbrada a libros exóticos míos, este es un homenaje a la belleza. Soy un enamorado del arte. Se llama la ciudad eterna porque va a durar siempre», remató el autor. Un Reverte al que le «vuelve loco» la película «La gran belleza» , pero el libro no está contaminado del filme de Paolo Sorrentino: «Al día siguiente de volver de Roma fui con mi mujer a ver la película y casi lloro. La belleza es una cosa muy importante en la vida italiana, incluso en la vida cotidiana de los italianos». Esa misma belleza se desprende de las páginas de «Un otoño romano», cuya lectura te convierte en privilegiado turista de la ciudad eterna.