ARTE
Secundino Hernández, por adición y sustracción
La exposición del CACMálaga de Secundino Hernández, la primera que una institución española dedica a uno de nuestros artistas con mayor visibilidad internacional, lo ofrece en sus dos formas de pintar, en principio, antagónicas
La pintura de Secundino Hernández (Madrid, 1975) se articula en dos grandes vertientes que, aun pudiendo compartir elementos, son profundamente antagónicas . Podríamos señalar la existencia de pinturas que responden a un proceso de suma o adición de materia pictórica, como sus «paletas», en las que lo pictórico se abre a una consideración cercana a lo objetual , merced al volumen (al fondo) que adquieren; son estas obras, además, una suerte de depósito del proceso de pintar .
Por otro lado, un buen número de obras enunciarían la estrategia contraria : en lugar de sumar, retirar la materia incorporada previamente. Este ejercicio genera piezas profundamente contenidas y metafísicas en las que, a diferencia de las que parecen desbordarse, apenas escuchamos el susurro de lo que hubo.
En la muestra se acumulan los estímulos y la diversidad de soluciones y experimentaciones que desarrolla Hernández
La exposición del CACMálaga , la primera que una institución española dedica a uno de nuestros artistas con mayor visibilidad internacional, nos hace bascular entre esos dos extremos . Sin embargo, se acumulan los estímulos y la diversidad de soluciones y experimentaciones que desarrolla Hernández.
Además de la traslación de lo físico del acto de pintar al soporte, que en ocasiones se modula con una sígnica que parece adquirir la condición de alfabeto , son sumamente elegantes las piezas en las que crea reservas de blanco contenidas en negros perfiles irregulares. Este equilibrar en blanco revela cuán medida es su pintura a pesar de la aparente violencia.