LIBROS

Nélida Piñon, la familia mata

Seres humildes con pasiones largamente incubadas protagonizan los nuevos cuentos de Nélida Piñon

Nélida Piñon ABC

Arturo García Ramos

Empecemos por el final y nos explicaremos mejor este libro de relatos descubriendo el sentido homenaje de Nélida Piñon al poeta portugués Luis de Camoens , que ella presenta vagando por las calles de Lisboa ajeno a las asechanzas del mundo, disgustado con el balance de su propia existencia, arrepentido de haber escrito el mayor y más grande poema de las letras portuguesas porque en él ensalzó a los poderosos y omitió a los humildes. Despreciado por esos a los que prestó su palabra poética, su genio y su invención, Camoens ha vuelto a la capital portuguesa después de una larga peregrinación que le ha llevado al otro extremo del mapa, a la India, y lo que ve a su regreso no le complace. Desde las sucias y concurridas callejas del barrio de Alfama trata de adivinar el Brasil del que hablan todas las gentes y acaricia el propósito de escribir una nueva epopeya sobre el reciente país americano. La escritora brasileña hace entonces suyo ese proyecto y en las ficciones que componen «La camisa del marido» nos adentra en las vidas de seres humildes: existencias modestas y pasiones largamente incubadas.

Dimensiones cósmicas

La epopeya se ciñe ahora al ámbito familiar, las batallas se libran con la melancolía, los celos, el rencor y la vejez ; la finalidad de la escritura no será tanto el enaltecimiento de las acciones heroicas como «el intento de alcanzar la verdad de los sentimientos». Lo que convierte a estos protagonistas en personajes admirables no son sus victorias sobre el destino, sino haber sucumbido con el paso de los años sin haber hecho posibles sus deseos o sus sueños.

Relatos de gran sutileza poética que producen una ilusión de serena melancolía

El espacio en que se desenvuelven sus vidas es uno solo, el de las relaciones familiares. La familia es en los cuentos de Nélida Piñon el escenario de las pasiones , la vía para penetrar en la intimidad de esas gentes a quienes el mundo exterior importa menos que sus fantasías y sus sentimientos. Sin las dimensiones cósmicas de los personajes clásicos, en los límites de su propio entorno doméstico, estos héroes son zarandeados por las mismas fuerzas que Edipo, Electra, Hécuba o Medea. Sus peripecias se alejan de la armonía entre padres, hijos, tíos, madrastras, porque como el protagonista de uno de los relatos recuerda en palabras de su abuelo: «La familia es así: nos da alegrías, pero también nos mata» .

Situaciones escabrosas

Los lazos familiares se resisten a la separación de sus miembros. El viaje se presenta como una amenazante huida o como el deseo incumplido de quienes no se atreven a desvincularse de la familia. Asistimos al rencor de una viuda abandonada por su hermana y por su hija, a quien apenas mantiene viva el recuerdo y la redacción de las largas cartas que escribe. Un padre reúne a su mujer y a sus hijos en un vagón de tren abandonado y finge que recorren ciudades a las que nunca podrán ir . En la intimidad familiar los progenitores se conjuran porque presienten la amenaza de los hijos. La estabilidad se ve entonces amenazada: el hijo es consumido por la pasión hacia la madrastra y la joven amante acaba con la vida de su tío en un acto amoroso; en tanto que el incesto planea sobre las relaciones de un hijo con una madre a quien el marido abandonó muchos años atrás.

Parecería inverosímil pero ese cúmulo de situaciones escabrosas, en manos de Nélida Piñon, se convierte en una prosa de enorme sutileza poética y sus relatos producen una ilusión de serena melancolía.

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