ARTE
Guillermo Mora indulta los libros olvidados de su biblioteca para el proyecto «Obras completas»
La iniciativa, una invitación de la editorial Caniche, se convierte en un reto para el creador madrileño, ya que se trata de su primera incursión en el ámbito del libro de artista
Nos ha pasado a todos , sobre todo a los «ladrones» de libros, a los que nos puede el ansia por poseer y acumular y no hemos caído en la tentación digital del e-book ; a los que entienden el libro como un objeto venerable: títulos y títulos que se hacinan en las librerías personales, que cogen polvo y generan dobles y terceras filas ante la imposibilidad de volver a ellos o de tener el tiempo suficiente para tan siquiera ojearlos –u hojearlos– por primera vez. El artista Guillermo Mora (Alcalá de Henares, 1980), les ha buscado una solución.
Noticias relacionadas
Mora los señala con su dedo artístico e inicia la criba : «Libros que no entiendo; libros que llegaron a mis manos sin saber cómo; libros que compré para regalar pero nunca me atreví ; libros que me regalaron sin conocerme lo suficiente; libros de un periodo de mi vida... Libros, en definitiva, de los que ya aprendí y que se cierran para no volverse a abrir ». Estos volúmenes son los que han comenzado a abandonar los estantes de su librería para convertirse, manipulados, en la materia prima de la primera incursión de este autor en el ámbito del libro de artista.
Una propuesta sugerente
Porque, «Obras completas», título de la propuesta, nace de una invitación de la editorial Caniche para generar un libro-objeto, que Mora acepta al parecerle muy sugerente y con la que otorga una segunda vida a todos estos textos olvidados. De esta manera, el joven pintor los interviene con pintura atrapando sus contenidos y obligando a algunos de ellos a estar junto a otros de manera forzada, envolviendo sus mensajes y encapsulándolos para siempre .
El artista Guillermo Mora en una imagen de archivo- Óscar del Pozo Confiesa el artista que su referente está en el «Fahrenheit 451» de Truffaut (que a su vez era la adaptación de otro texto básico, el de Ray Bradbury), «en el que los libros eran quemados en pilas en un intento de destruir la cultura. Quizás lo que yo he hecho ahora, para un librero, sea un sacrilegio, otra forma de destruir un libro; pero lo que a mí me interesa de ellos es su estructura como objeto, o su título o la infrmación que aporta su cubierta, para darle una nueva lectura».
La propuesta, con sus 20 obras únicas, protéicas, con intimidatoria presencia, es vista por Mora como una posible nueva vía que se abre en su trabajo. Y lo que más destaca de ella es su parte azarosa: «En ocasiones, la pintura invade el papel y hay algo que se escapa de la idea inicial y de mi control, como si el libro cobrara autonomía. Las páginas se doblan, y la pintura las transforma en un nuevo ente».
Intención positiva
Catálogos de exposiciones y de ferias; textos de Hans Ulrich Obrist, de Goethe, de Panero; en español, italiano o inglés, asoman ahora tímidamente por los resquicios que dejan las densas capas de pintura, en ocasiones craqueladas. «Para mí, lo más importante de todo esto es la nueva lectura que realizo yo mismo de mis propios libros. Todo esto me ha llevado a analizar por qué me desprendo de esos títulos y cómo el arte les otorga una nueva vida –explica el artista–. En ese sentido, el resultado no es tan destructivo. Mi intención es positiva».
Dieciocho de las veinte piezas propuestas ya están reservadas, a un precio cada una de ellas de 1.000 eurosEl proyecto de Guillermo Mora es la tercera de las iniciativas llevada a cabo por esta joven editorial, que sólo tiene seis meses de andadura; tiempo suficiente para desarrollar interesantes propuestas con MAIO y Taller de Casquería (en esa ocasión, «The Way Things Go», con sus tapas de gotelé, era un proyecto expositivo comisariado por Paula García-Masedo contenido dentro de un libro); y con Mateo Navarro (del que han editado su primer poemario, «Ready Made»). Y aunque la presentación de la aportación del madrileño tendrá lugar esta tarde en Madrid, en la Imprenta Municipal de la calle Concepción Jerónima, dieciocho de las piezas propuestas ya están reservadas, a un precio cada una de ellas de 1.000 euros. Ya pueden darse prisa, pues, es política de esta firma no realizar «segundas ediciones».