ARTE

Una galería dentro de otra

Olga Adelantado (Valencia), Javier Marín (Málaga), T-20 (Murcia) o Carles Taché (Barcelona) abren espacios con personalidad propia dentro de sus galerías para dinamizar el mercado y probar nuevas ideas

Olga Adelantado a las puertas de su Boiler Room Mercedes Herrán

JAVIER DÍAZ-GUARDIOLA

Hace dos años, cuando la crisis golpeaba con más fuerza, Miguel Ángel Sánchez , director de ADN , decidió poner en marcha un proyecto como ADN Platform , lejos de las urgencias e intereses del mercado y donde se cedía el protagonismo a comisarios invitados: «Entonces se repetía como una letanía que el modelo galerístico estaba en crisis, que internet se nos comía y que el comprador estaba en las ferias. “Bien: hagamos algo”, me dije. Y decidí irme a las antípodas , construir algo que no se le pareciera».

Así es como Sánchez apostó por un espacio en Sant Cugat del Vallés , lejos de los centros, que no sólo le ha dado alegrías («curiosamente, el gesto generó atención y activó la actividad comercial de la galería madre»), sino que sigue creciendo. Así, estos días, en los que Platform inaugura su sexta ronda de exposiciones con Martí Manen , David Armengol y una nutrida nómina de emergentes comisarias barcelonesas, en sus inmediaciones arranca ADN Factory , espacio destinado a facilitar la producción de obra de los artistas de la galería, del que ya se ha beneficiado Iván Argote .

Los ejemplos son gratos

Lo que hace dos años podría resultar una rareza , una excentricidad, empieza a calar en la mente de nuestros galeristas. Y ahí están los ejemplos del sevillano Rafael Ortiz , que en octubre de 2013 inauguraba R. O. Proyectos como «pop up» estudio de nuevas ideas en Madrid; o Carreras Múgica , en Bilbao, cuya nueva sede a cargo de Juan de Herreros dejó metros cuadrados suficientes para la Nave (sala que funciona como gabinete para muestras más pequeñas), y Hall, su entrada en forma de pasillo con el que seducen a los artistas para que propongan intervenciones específicas . Un modelo como el suyo cuenta con hitos como el Envelope de L21 , en Palma (que en su sede de Madrid se convirtió en una Ventana, o escaparate para piezas únicas de artistas invitados), o el AB9 que coordina 1er Escalón en Murcia, dependiente de la galería Art Nueve . Ahora se les unen Espacio E dentro de T-20 (en la misma ciudad que AB9), el Boiler Room de Olga Adelantado, Columna JM , de la malagueña Javier Marín, y Projects , espacio alternativo de Carles Taché.

Carolina Parra y Nacho Ruiz, artífices de Espacio E- Mar Madrid

Las nuevas sedes de ciertas galerías en Barcelona propician que se cuente con más espacio para ampliar las áreas de negocio. Es el caso de Senda, Nogueras-Blanchard (en cuya cocina se sucederán charlas, presentaciones de libros...) o La Termo (que permite que en su corazón levante su estudio el artista Víctor Jaenada), pero, sobre todo, de Carles Taché, que reunifica sus dos sedes anteriores. Así, el testigo de La Taché lo recoje Projects, que dirige Carlos, hijo del galerista: «Projects se inserta en el seno de la galería con una doble vocación: de un lado, trabajar con artistas emergentes internacionales (el primero fue Fernando Moleres. Ahora, Guillermo Pfaff). Por otro, vincular a los grandes creadores a los que representamos (Bosco Sodi, Sean Scully...), mostrando facetas curiosas de su trabajo». Sus propuestas, «más fluídas, más cortas, que se alternan con las de la sala grande», surgen de la necesidad de mantener vivo el que debe ser, en su opinión, el espíritu de una galería, «que no puede desatender ni el contexto, ni a las nuevas generaciones, tendencia cuando tienes una nómina cerrada», señala Taché.

Los miembros de 1er Escalón, desde AB9, confirman como Sánchez la viabilidad de este tipo de proyectos: «A la galería le convienen porque generan caldos de cultivo interesantes que repercuten en su futuro. Estas acciones la visibilizan, la acercan a creadores que no conocerían de otra manera y a públicos más amplios». Ellos, que entraron en Art Nueve a través de una invitación tradicional, desarrollan una titánica labor «desde la periferia de laperiferia» en la que, para reducir costes, suele prevalecer el vídeo: «El balance es positivo. Nunca hemos tenido apoyo institucional, ni lo hemos buscado. Aquí no hay compromisos mercantiles. Promovemos dar voz a gente sin galería, o a gente con galería que no puede desarrollar determinadas prácticas en ellas».

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