LIBROS
Carmen Posadas, entre Goya y los Alba
«La hija de Cayetana» es una novela histórica donde los personajes secundarios asumen todo el protagonismo

La autora es uno de los más sólidos referentes de la novela histórica en España, género, junto al «thriller», dominante en nuestra narrativa. Carmen Posadas (Montevideo, 1953) brilla con especial luz en este equívoco panorama por poseer cualidades similares a lo mejor que ha dado el género en Europa a lo largo del siglo XX, tiempo de grandes logros, y no sólo nos referimos a la Yourcenar o a Robert Graves, sino también a escritoras especializadas y de enorme calidad, como Mary Renault.
Condición indispensable para una feliz consecución es una investigación rigurosa sobre el tiempo narrado, pero mayor importancia adquiere la sabia combinación entre Historia e intrahistoria, y en eso Posadas tiene poco parangón. Ella dice haber aprendido esta alianza entre el detalle significativo y la descripción de los grandes acontecimientos en la biografía que sobre el doctor Johnson realizó James Boswell.
Desde luego, cumple ese requisito con intensa obsesión: en «La hija de Cayetana», su última novela, que trata de la historia de una niña negra adoptada por Cayetana de Alba en los años del reinado de Carlos IV. Carmen Posadas se basó para dar vida a ese argumento en un grabado de Goya que vio en casa de un amigo en Sanlúcar (Cádiz); en él se representaba al ama de Cayetana jugando con una niña negra y un niño.
Época convulsa
El resultado es esta novela, donde se recrea la figura de Cayetana y de Trini, la madre biológica de María de la Luz, la niña negra, en unas páginas en las que la época de Carlos IV queda reflejada en toda su esperpéntica crudeza , aunque atemperada por la inclinación, rasgo muy anglosajón que tiene la autora, de atender en toda su complejidad cualquier situación, por cómica que nos parezca. El esperpento, que en Goya es patente, queda diluido aquí en aras de una preocupación genuina por entender toda la complejidad de época tan convulsa.
Posadas ha aprendido mucho de la novela británica . Dickens, por ejemplo, es el maestro indiscutible en la creación de inolvidables personajes secundarios. «La hija de Cayetana» atiende a la Duquesa, a quien Posadas recrea como paradigma de la mujer liberada del XVIII ; atiende, asimismo, a María Luisa, pintada con rasgos menos tenebrosos que Goya; atiende, cómo no, a Godoy y al príncipe Fernando , futuro Fernando VII; pero crea personajes secundarios muy atractivos, como Pepita Tudó, una mujer que, siendo todavía una niña, se convirtió en amante de Godoy y en su esposa en puridad, y ello a pesar de estar casado él con una prima del rey.
Carmen Posadas llega a pensar que el modelo de las majas goyescas es la mismísima Pepita Tudó . Pepita es personaje muy querido en la novela, quizá porque esconde un misterio que solamente atisbamos y Posadas se crece en este tipo de conjeturas. Por eso mismo, la figura de Trini es tan atractiva y tan intrincada, como la misma María de la Luz. Pero en definitiva Cayetana es Cayetana y quizá sea este el personaje dominante en la escena. No es de extrañar; al fin y al cabo, dominó en cierta manera su tiempo. «La hija de Cayetana» es, aparte de su última novela, quizá la narración más acabada de su autora.