Canavaggio: «Don Quijote llegó a leerse como un arquetipo del héroe capaz de vencer a Napoleón»
Especialista en Cervantes, la lectura de sus obras es indispensable en el IV centenario de la muerte del novelista
Biógrafo, traductor, estudioso, editor , Jean Canavaggio ocupa un puesto principal entre la élite mundial de los más grandes especialistas en Cervantes. Canavaggio ha publicado varias biografías del creador de Don Quijote , que ha traducido y editado en La Bibliothèque de la Pléiade, de Gallimard. Autor de ensayos de referencia, hispanista emérito, director de la Casa de Velázquez, en su día, quizá sea uno de los mejores testigos de indispensable consulta para comprender la actualidad y el alcance del IV centenario de la muerte de Cervantes …
–¿Cómo se presenta el aniversario? Por momentos, da la impresión que se habla más de Shakespeare que de Cervantes…
–Quizá sea algo más que una impresión personal. No estoy calificado para entrar en una cuestión española de la más alta importancia, pero tomo nota de la inquietud aparente de académicos como Darío Villanueva y Víctor de la Concha.
–¿Quiénes fueron los primeros en descubrir a Cervantes? ¿Cómo se propagó la fama y el respeto europeo, internacional de Cervantes?
–Quizá todo comenzó con Francia, muy pronto. Con las traducciones de César Oudin (1614), François de Rosset (1618) y Filleau de Saint-Martin (1678). Don Quijote fue admirado muy pronto en París. Ese primer éxito popular veía en el personaje de Cervantes un personaje divertido, popular, nada dirigido a «gente fina». Andando el tiempo, tras las primeras traducciones francesas, los ingleses del siglo XVIII y la primera biografía, la de Mayans, dieron una nueva vida internacional a Don Quijote y Cervantes. Tras un cierto cansancio ante el mundo del Barroco y la emergencia del Neoclásico, Cervantes comenzó a ser leído desde una nueva óptica. Los románticos alemanes comenzaron una nueva fase en la historia de los estudios cervantinos. Con el 98 y las lecturas clásicas de Azorín y Unamuno se inició una nueva lectura moderna, que se multiplicaría a lo largo del siglo XX, con nuevas visiones artísticas, pictóricas. Cervantes ha continuado creciendo, siempre.
–Más allá de España, ¿en qué culturas ha ejercido don Quijote más influencia?
–Cervantes y Don Quijote comenzaron por ejercer una influencia muy importante en Francia. Siguieron Inglaterra y Alemania. Tras Napoleón, España volvió a ser un motivo de interés en toda Europa. Y Don Quijote llegó a leerse como un arquetipo del héroe capaz de resistir y vencer a Napoleón. Los grandes maestros rusos, Gogol, Dostoyevski, Tolstoi, hicieron lecturas cervantinas de la más alta importancia. Otro tanto ocurrió con las lecturas realizadas en inglés, en los EE.UU. con Melville y Mark Twain. Se trata de influencias mayores, siendo ellos los grandes patriarcas de la novela estadounidense. En el mundo asiático, Cervantes se descubrió más tarde. La influencia de Don Quijote en el mundo árabe es relativamente reciente, pero continúa creciendo.
–En su caso, ¿cómo se produjo el descubrimiento de Cervantes?
–Debía tener cinco o seis años, cuando descubrí a Don Quijote, convertido en personaje de TBO. Se trataba, si no recuerdo mal, de la historia del desencanto de Dulcinea. En el colegio, más tarde, como estudiante de bachillerato, leí Don Quijote de manera fragmentaria. A partir de los veinte años, con motivo de mi primera memoria universitaria, comencé a leer a Cervantes de manera más seria, con lápiz y cuaderno de notas. Hasta hoy.
–Tras sus biografía, estudios y trabajos sobre Cervantes, ¿qué faceta cervantina piensa que continúa por descubrir?
–Don Américo Castro decía que nuestro conocimiento de la vida de Cervantes está lleno de lagunas. Sabemos muchas cosas sobre Cervantes. Pero tenemos enormes lagunas, de primera importancia. No sabemos mucho del primer y jovencísimo Cervantes, acompañando o no acompañando a su padre. La estancia de Cervantes en Italia tuvo una grandísima importancia, cómo olvidarlo. Se trata de un momento clave. Pero nos gustaría saber mucho más sobre sus amistades, sobre sus relaciones. En verdad, nos gustaría saber mucho más sobre su vida de escritor. Por momentos, Cervantes es descrito como un hombre que escribe, hace negocios y «por su mucha habilidad tiene muchos amigos». No está nada mal. Pero nos gustaría saber mucho, mucho más.
–¿Ha cambiado algo el descubrimiento de la tumba de Cervantes?
–Pues no lo sé… Es muy posible que entre los restos descubiertos en Madrid se encuentren los restos de Cervantes, claro está. Pero, bueno: sus posibles restos se encontraban entre los restos de otras personas… Quizá fuese oportuno no exagerar demasiado.
–¿Cuál es la faceta más actual de Cervantes?
–Cómo olvidar que Don Quijote es la primera novela moderna. La novela de Cervantes funda la novela moderna de nuestra civilización. Por vez primera, en la historia de los géneros literarios, el narrador no solo cuenta lo que ocurre a su héroe. Cervantes da la palabra a Don Quijote, para que él la utilice a su manera, de muy diversa manera. De alguna manera, cada personaje cervantino se está inventando a sí mismo, al ritmo de los acontecimientos. Cervantes, por otra parte, va mucho más lejos: integra en su novela la crítica de la cultura y la crítica literaria, inventando un nuevo lenguaje literario. Se trata de una revolución copernicana que nadie había realizado antes de Cervantes.
–Mientras Quevedo cuenta la historia de la agonía de España y sus pícaros fundan una suerte de ética y estética desalmadas, Cervantes cuenta la historia de otras Españas por construir, con el ahínco temerario si no suicida de Don Quijote.
–Quizá lleve usted razón. Los pícaros de Cervantes son de muy otra índole. En el caso de Don Quijote, por otra parte, incluso su muerte, incluso sus fracasos, se hacen eternos.
–Don Quijote es un héroe universal, sin embargo, también es, por momentos, un extraño en su propia patria: sus compatriotas se ríen de él, lo apalean… En cierta medida, don Quijote es un desterrado en España, en propia patria, como el morisco amigo de Sancho.
–Las relaciones entre Cervantes, Don Quijote y los españoles son evidentemente muy complejas. Por momentos, la historia de España y sus grandes empresas, pueden parecer empresas quijotescas. Don Quijote, por su parte, se obstina en combatir los encantamientos que todo lo tocan a su alrededor. Es cierta esa extrañeza de Don Quijote ante quienes salen a su paso, a su encuentro. Él intenta dialogar, incluso sabe que quienes a su paso lo creen loco. Pero no cejará jamás en su proyecto esencial: desencantar a España y los españoles para devolverles la verdadera vida.
–Dicho de otro modo. Debemos seguir leyendo a Cervantes.
–Sin duda. Debemos seguir leyendo Don Quijote, en su lengua, la suya.
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