Un sueldo de 102.000 euros por una hacienda catalana imposible
Según expertos en fiscalidad consultados por ABC, no es posible convertir la agencia autonómica en una «estructura de estado»
Más de 102.000 euros de sueldo al año por organizar una «estructura de estado» imposible. Joan Iglesias Capellas, director del Programa para la definición de un nuevo modelo de Administración Tributaria de Cataluña es el responsable de crear en esta legislatura una hacienda propia catalana. Su retribución como cargo público es una de las más altas de toda España, pero según los expertos en fiscalidad consultados por ABC, la tarea encomendada a este inspector de Hacienda del Estado choca irremisiblemente con la ley, la carencia de medios técnicos y una insuficiente información fiscal para llevar a cabo una gestión total de los tributos.
José María Mollinedo, secretario general del Sindicato de Técnicos de Hacienda (Gestha), considera que el Gobierno de Artur Mas «juega con las palabras, pues todas las autonomías tienen su agencia tributaria, con la que gestionan los impuestos propios y cedidos. La gestión total es imposible de asumir si no hay un acuerdo con el Estado». Ya existen campañas conjuntas entre la agencia estatal y la catalana, y la ventanilla única «pero la presentación telemática del IRPF va a un servidor del Estado». Según la Constitución, «la llave de la caja compete al Estado, y está regulada en la Ley Orgnánica de Financiación de las Comunidades Autónomas (Lofca) y la ley de cesión de tributos».
Consorcio, figura olvidada
Este técnico de Hacienda ve posible la gestión compartida mediante un consorcio (como se hace con los puertos). Recuerda que el Estatuto catalán contemplaba esa figura «pero no prosperó porque se pretendía suplantar el consorcio por un ente exclusivamente catalán». El Estado «aseguraba que no convenía trocear la Agencia española en 17 partes, pero nosotros discrepábamos, pues se trataba de crear 17 consorcios donde el intercambio de información facilitaría la lucha contra el fraude». A Mollinedo no le parece mal que la Generalitat pretenda ampliar la plantilla de su Agencia con la creación de 168 plazas porque «actualmente existe un déficit importante».
El profesor de Economía de la Universidad Abat Oliba CEU, Esaú Alarcón, experto en fiscalidad, asegura que «aunque se invirtiera el presupuesto de diez años, no se lograría tener un sistema informático capaz de gestionar todos los impuestos. Cataluña dispone de muy poca información sobre los contribuyentes, la bases de datos actual es un páramo. Lo único que se puede hacer es modernizar y catalanizar la agencia, pero el Estado no va a hacer un sistema de financiación a la medida del Gobierno catalán».
Alarcón cree que, para impulsar la agencia catalana, Iglesias «parte de un concepto casi racial que es desacertado, basado en los sistemas nórdicos, basado en la lealtad y la transparencia entre administración y contribuyente, algo que en España no se produce». Recuerda que el propio Iglesias, en su informe presentado ante el Consejo Asesor de la Transición Nacional, explica que la mejor manera de que esa hacienda propia prospere «es con ayuda de España». Asegura que la tendencia es hacia la unidad para evitar las desigualdades fiscales. Por ejemplo «en Cataluña ha aumentado el impuesto de patrimonio, mientras que en Madrid desapareció hace años».
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