El doble lenguaje de Artur Mas para engatusar al votante soberanista
La nueva consulta es en realidad una gran encuesta; habla de plebiscitarias, pero solo existen elecciones autonómicas
¿Por qué lo llaman consulta cuando quieren decir referéndum? Esa es la pregunta que se formularon diversos juristas, así como los partidos políticos contrarios al proceso secesionista de Artur Mas. Tras asumir que la consulta, tal como está planteada en el decreto que él mismo firmó el 27 de septiembre no puede celebrarse por estar suspendida por el Tribunal Constitucional (TC), el presidente catalán insiste en sacar las urnas el 9 de noviembre, pero de una forma diferente. También lo llama consulta, pero en realidad, se trata de una gran encuesta , pues Mas apela a las competencias que tiene la Generalitat en materia de participación ciudadana. Con estos subterfugios, nadie puede negar que el presidente de CiU mantiene su promesa de que los catalanes puedan votar ese día. Aunque se trate de un simulacro.
Y es que el dirigente nacionalista ha elevado a la categoría de dialéctica política la costumbre de no llamar a las cosas por su nombre, con la finalidad de engatusar tanto al votante secesionista como al catalanista enemigo de aventuras rupturistas. Otro ejemplo de ese doble lenguaje es la expresión "elecciones plebiscitarias" utilizada ayer por Artur Mas, que no existe en el ordenamiento electoral. En realidad, se refería a unas elecciones autonómicas ordinarias, cuyos resultados pueden ser interpretados en clave plebisicitaria, es decir, como aval o no a la independencia de Cataluña.
En este sentido, no se pronuncia sobre la posibilidad de que esa lista conjunta propuesta a ERC incluya una declaración unilateral de independencia en el Parlamento autonómico. Pero tampoco lo descarta. La "transición nacional hacia el Estado propio" que defendió cuando tomó posesión como presidente de la Generalitat, escondía en realidad una voluntad de conseguir la independencia de Cataluña, pero esa palabra fue tabú durante muchos años en los discursos de Mas.
Pero antes de 2012, fecha en la que el líder convergente comenzó a virar hacia el secesionismo, Mas ya había dado muestras de su gusto por el eufemismo. Nunca habló de concierto económico, el sistema de financiación vigente en País Vasco y Navarra, pues reivindicaba un "pacto fiscal" para Cataluña. Que es lo mismo, pero no es igual. Asimismo, la defensa del "derecho a decidir", una expresión desconocida hasta ahora en el ámbito político, disfrazaba el derecho a la autodeterminación.
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