desafío soberanista
La «porcelana fina» del bloque soberanista catalán se resquebraja
ERC no secunda la decisión de Mas de cambiar la consulta del 9-N por «un escenario de participación nuevo y no pactado»
En las últimas semanas, justo cuando el proceso soberanista enfilaba uno de sus momentos culminantes, el presidente de la Generalitat, Artur Mas, empezó a referirse a la unidad de los partidos que acordaron la fecha y la pregunta del 9-N como una «figura de porcelana fina que hay que cuidar».
Este mismo martes, durante la rueda de prensa en la que ha anunciado que la consulta no se celebraría en los términos acordados, sino que se realizaría un simulacro de consulta amparado únicamente por la Generalitat, Mas se ha vuelto a referir a esa «figura de porcelana», aunque para constatar que, después de tres reuniones, el desencuentro entre los partidos es más que evidente.
Así, mientras que casi todos los pasos que han seguido Mas desde diciembre de 2013 han venido acompañados por declaraciones conjuntas e imágenes de unidad de CiU, ERC, ICV y la CUP, Mas ha comparecido solo este marte para explicar el cambio de ruta. «Durante estos diez días se ha hecho todo lo posible para mantener el mismo consenso político que teníamos, lo he defendido por tierra, mar y aire», ha dicho en alusión a un pacto que empieza a exhibir grietas más que evidentes.
«Vamos adelante, pero no tan juntos», ha dicho Mas a propósito de una decisión, la de aparcar la consulta y sustituirla por otra modalidad de participación ciudadana, que ni ERC, el principal aliado de Mas en este proceso, ni ICV verían con buenos ojos. Así, mientras que el partido que lidera Joan Herrra habría abogado por una movilización masiva para el 9-N, Oriol Junqueras apuesta por «construir una nueva mayoría parlamentaria para hacer una declaración de independencia» e iniciar el proceso constituyente de una república catalana.
«El Govern nos sitúa en un escenario de participación nuevo y no pactado que en ningún caso puede sustituir a la consulta», explicitó ayer Junqueras. El desencuentro, que se venía palpando en las últimas reuniones del bloque soberanista, se hace ahora más evidente. Máxime cuando el propio Mas ha reconocido que no ha sido capaz de convencer al resto de partidos para que se sumaran a esta nueva maniobra soberanista.
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