polémica estatua
Jordi Pujol aparece por los suelos en el municipio que le mantiene como hijo adoptivo
En Premià de Dalt, el expresidente de la Generalitat conserva el título honorífico, una plaza y un monumento. Este último ha amanecido derribado
Hace muy mal tiempo en Cataluña. En las últimas horas, la alerta naranja se ha cebado con parte de la comunidad, dejando entre otros percances a los trenes de alta velocidad paralizados por la abundante lluvia concentrada en las vías. No se sabe si han sido las inundaciones las que han provocado el derribo de una estatua del controvertido Jordi Pujol, en la picota desde que el pasado 25 de julio se confesase culpable de evasión fiscal durante más de tres décadas, pero sobre la figura ya se había sembrado una polémica anterior, lo que hace pensar que es obra de humanos y no de designios climatológicos. No en vano, fueron los ediles del PSC los que llevaron a pleno la propuesta de fulminar la estatua del que ya no era merecedor del título de «molt honorable president» de la Generalitat catalana.
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El pasado mes de agosto y tras la tromba de reacciones en contra del reconomiciento público de Pujol i Soley, de 84 años, el grupo municipal del PSC en Premià de Dalt (situado en la provincia de Barcelona, en la comarca del Maresme, a solo 20 kilómetros de la capital catalana) demandó al gobierno local, conformado por CiU y PP, que retirase esa efigie dedicada a una persona a la que consideraban poco apta para el título, además, de hijo predilecto de este municipio, como tampoco de poseer ninguna plaza en el pueblo (dedicada en 2006) ni ningún monumento (colocado en el año 2001). Según el PSC, se iba a elevar esta petición a pleno municipal, pero algún ciudadano cabreado, algún desalmado o la lluvia han tomado la delantera y lo han hecho por la vía menos institucional. Pese a los esfuerzos de los técnicos operarios del Consistorio por devolver la figura a su lugar central, para lo que han requerido de la ayuda de una grúa, no se ha podido recolocar, así que motivos de seguridad han obligado a dejar vacío el pedestal de Pujol. Llencen a terra l'estàtua de Jordi
— Ràdio Premià de Mar (@radiopremiamar) septiembre 30, 2014
El expresidente de la Generalitat pasa desde hace años temporadas en Premià de Dalt, de donde es oriunda una rama de su familia. En 1997 le nombró hijo adoptivo y, en 2001, le dedicó una estatua y una plaza. Hasta que en la jornada del pasado 11 de septiembre, la víspera anterior a la Diada, se le «bañó» con un reguero de pintura blanca, y posteriormente, el pasado día 18, el Ayuntamiento votó la resolución para que conservase o no los honores.
Según publica el diario catalán «Nació Digital», el Consistorio ha condenado públicamente este «episodio vandálico», el segundo ataque al monumento este mes de septiembre.Lamentan también desde la corporación municipal que «haya personas que no respeten la voluntad democrática de mantener los honores y las distinciones otorgadas a Jordi Pujol». En su día, porque hoy yace tendido en el suelo.
Reconocen la gravedad del fraude confeso
Según la resolución publicada en su página web recientemente, el Ayuntamiento sí reconoce «la gravedad de los hechos confesados por Pujol». Agrega que «los integrantes de la Comisión entienden que Premià de Dalt no debe juzgar los hechos ocurridos» y «persisten los motivos por los que en su momento el Consistorio distinguió el expresidente de la Generalitat: su estrecha vinculación con la localidad y su trayectoria hacia Cataluña desde su juventud y hasta hoy, incluyendo los veintitrés tres años en que presidió el país». El mismo país para el que el pasado viernes, ante el Parlament, dijo haber guardado el dinero procedente de la herencia de su padre. Los 140 millones de pesetas que habría recidido los inyectó en «construir Cataluña, hacer país», aseguró el anciano expresidente del Ejecutivo regional.