José Antonio Lorén, periodista y señor de Barcelona
Lorén ha sido maestro, compañero y amigo. Y, sobre todo, un campeón del periodismo
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A José Antonio Lorén le introdujo en el mundo del periodismo su tío Vicente Lorén hace exactamente 65 años. Desde niño, le acompañaba a los partidos de fútbol, a las veladas de boxeo y a todas las competiciones que cubría para «El Correo Catalán». Los Lorén parecían los inspectores Hernández y Fernández de Las aventuras de Tintín, porque siempre iban juntos a todas partes.
Con el gusanillo del periodismo en el cuerpo y conocedor del terreno donde jugarlo, José Antonio Lorén publicó su primera crónica a los 14 años de edad. Desde entonces y hasta hace unas semanas, cuando envió su último artículo a ABC, han transcurrido 65 años de amor ininterrumpido a este oficio en el que Lorén también hizo de cronista de sociedad y crítico musical en la Barcelona bohemia de los cabarets. Entrevistó a todos los personajes de la farándula que pasaban por Barcelona en la década de los 50 y 60. Incluso participó en la película « Escuela de periodismo», dirigida en 1956 por Jesús Pascual, en la que un grupo de alumnos, entre los que él se encontraba, debatían sobre la idoneidad de que las mujeres se dedicaran a este oficio.
Conoció a vedettes, folklóricas y actrices, pero por encima de todo fue periodista deportivo, especialidad que ejerció con magisterio en casi todos los periódicos de Barcelona, en especial «El Noticiero Universal» y, desde 1988, en «ABC».
A José Antonio Lorén hacía tiempo que el corazón no acompañaba su irreductible espíritu. El pasado 23 de abril salió de su convalecencia para acudir a una cita especial en el Real Club Tenis Barcelona, durante la disputa del Open Banc Sabadell de este año. Allí le esperaron más de 25 periodistas y fotógrafos para rendir homenaje al colega que, de forma ininterrumpida, informó de ese torneo desde la primera final disputada en 1953. A Lorén le impusieron el pin de plata que recrea en miniatura el trofeo que se entrega a los campeones.
JAL, acrónimo de sus iniciales que utilizaba para firmar varias crónicas en un solo día, era capaz de redactar en dos teclados diferentes la información de dos partidos que se disputaban simultáneamente y que seguía por televisión y radio. Lorén era detallista, sentimental, cariñoso y apasionado. De un optimismo desbordante, como su verbo, contagiaba a los compañeros y amigos con su bonhomía. Su caballerosa actitud le hizo merecedor del premio «Fair Play» de la Fundación Brafa, entrega que le realizó su admirado Juan Antonio Samarach cuando presidía el Comité Olímpico Internacional. José Antonio también recibió en 2007 un galardón de la Generalitaten reconocimiento a su trayectoria profesional, entre otros premios.
Prolífero y polifacético, a Lorén le apasionaban los deportes del motor, además del fútbol y el tenis. Pero tenía especial consideración por los minoritarios, hasta el punto de publicar un libro titulado «La pilota a Catalunya», sobre la historia del jai alai, la cesta punta y otras modalidades que se practican en Cataluña.
José Antonio Lorén adoptó los hijos de Carmen, su pareja durante 48 años y con quien formalizó su relación el 12 de mayo de 1998. Sus hijos, María José Lorén Barba y Víctor Manuel Bellogin Barba, le dieron tres nietos, Denis (hijo de Víctor) y Yanira y Pol, de María José. Pol fue el preferido de su «abu», ya que José Antonio y Carmen prácticamente lo criaron. Lorén también tuvo ahijada. Maribel le llamaba «padrinet» desde que empezó a balbucear. Siempre dispuesto a pronunciar un discurso, los que dirigía en Navidad a sus compañeros del ABC fueron memorables. Para nosotros ha sido un honor su representación. Él ha encarnado aquel Periodismo que siempre nos atrajo. Incluso para los más jóvenes, menos bohemios, más rápidos y menos dados a la tertulia espontánea y a la cercanía con los protagonistas, Lorén ha sido maestro, compañero, amigo. Y sobre todo, un campeón del periodismo.