Una película «que va de todo y no va de nada» para el pabellón catalán de la Bienal de Venecia

Siendo Albert Serra uno de los creadores y artistas más inclasificables del panorama audiovisual catalán, lo más normal es que su proyecto para el pabellón con el que Cataluña estará presente en los «Eventi Collaterali» de la 56 edición de la Bienal de Venecia de Artes Visuales tuviese un nombre tan adecuado como «La singularidad».

Un lema tras el que se esconde una instalación audiovisual con la que el cineasta, de la mano de la comisaria Chus Martínez, busca ahondar en la idea de transformación y en la «pérdida de centralidad del cuerpo». «Ahora estamos depositando esa centralidad en otros aparatos», ha explicado Serra durante la presentación de un proyecto impulsado por el Institut Ramon Llull y que podrá verse en la ciudad italiana a partir del próximo 6 de mayo.

Así, tirando del hilo de esa transformación de la que, ha apuntado Martínez, no siempre «somos conscientes» y apostando abiertamente por un proyecto «osado» y de riesgo, el director de «Història de la meva mort» y «El cant dels ocells» ha ideado una película «muy artificiosa y extraña» que se proyectará en cinco pantallas al mismo tiempo. Ocho horas de imagen en movimiento en la que cada una de las pantallas, complementarias entre sí, proyectará imágenes con las que Serra propone «un pequeño recorrido por esa historia del cuerpo hasta llegar al mundo actual, donde la tecnología tiene un papel muy importante».

El contenido, grabado entre Irlanda y Lérida, arranca como una historia de «minería y prostitución», según Serra, y evoluciona hasta convertirse en lo que Martínez ha definido como «una película que no va de nada y que va de todo». «Se atreve a poner sobre la mesa una pregunta con una respuesta que no es nunca una respuesta», ha añadido la comisaria y actual directora del Instituto de Arte de la Academia de Arte y Diseño FHNW de Basilea (Suiza).

La propuesta catalana, que fue escogida el pasado mes de julio por un jurado presidido por Marta Gili, directora del museo parisino Jeu de Paume, ya adelantó una pequeña parte de su contenido el pasado mes de marzo en Londres, aprovechando un ciclo que la Tate Modern dedicaba a Serra, y recalará el próximo mes de diciembre en Barcelona, donde podrá visitarse en Palau de la Virreina de Barcelona. El presupuesto total del proyecto asciende a 497.000 euros, de los que cerca de 200.000 son para la película , y el resto para todos los gastos derivados de la presencia catalana en Venecia, incluido el alquiler del Cantieri Navale, un antiguo astillero de 380 metros cuadrados en que se instalará «La Singularidad».