Ferran Torrent: «En Cataluña no se sabe lo que es Valencia»
El escritor valenciano publica «Un dinar un dia qualsevol», retablo de una comunidad que hizo de la corrupción su modus vivendi
Conversar en La Camarga sobre corrupción política tiene su morbo. Y el morbo de Ferran Torrent es hablar de la cara más sombría de su Valencia natal mientras se come. Por algo su última novela se titula «Un dinar un dia qualsevol» (Columna), historia que nació como reportaje hasta que su autor decidió no seguir con el periodismo dado el calado de los temas que abordaba.
En palabras de Ferran Torres, su alter ego literario, la novela permite «distorsionar los temas a tu gusto o adaptarlos al argumento. La realidad no siempre tiene la estructura de una novela. Has de ajustarte a los hechos…». «Un dinar un dia qualsevol» compone el retablo de una comunidad que hizo de la corrupción su modus vivendi. Crisis del Valencia CF,venta de los terrenos de Mestalla, el cadáver de un adolescente magrebí en un vertedero y los tejemanejes de la empresa concesionaria de la recogida de basuras, el periodismo de investigación muerto y enterrado…
«En Cataluña no se sabe lo que es Valencia», advierte Torrent. Estamos ante una sociedad muy compleja y deslavazada: «Castellón no tiene nada qué ver con la capital y las comarcas de Alicante son muy diferentes de Alicante ciudad». Aunque Rita Barberá meta la pata en el pregón fallero, Carlos Fabra se revele como el ejemplar más perfecto del caciquismo y a Calatrava se le caiga el «trencadís», la política valenciana no va a cambiar sustancialmente. Como el PSOE en Andalucia, o los treinta años de pujolismo en Cataluña, el PP volverá a ganar las elecciones, aunque con mayoría simple, anuncia un Torrent que tiene muy poca fe en formaciones como Podemos: «Es un suflé que ha crecido por el cabreo generalizado, pero ese tipo de partidos transversales acaban por desinflarse».
«Un dinar un dia qualsevol» sintetiza la obra anterior del autor valenciano, eso sí, con menos humor y más desesperanza: «Cuando has pasado de los cincuenta llega un momento en que lo único que no quieres perder es comerte una paella con los amigos en una alquería o seguir a tu equipo favorito». En la Valencia actual, concluye, «las manifestaciones no sirven de nada porque ya no queda sociedad civil».