
La parpuja quiere volver a La Barrosa
Marín se hace eco de una reivindicación ciudadana y propone realizar un estudio de viabilidad de la actividad: «Supondrá además un atractivo turístico»
CHICLANA. Actualizado: GuardarPasó a habitar la memoria viva de los chiclaneros. Con esa nostalgia de los veranos del ayer, de lo vivido, de aquella dulzura del vivir; se convirtió en una pieza de museo. Allí, tras un cristal, congelado en un instante decisivo, Chiclana recuerda su pesca de la parpuja. Pequeñas embarcaciones, junto a toallas y bañistas, esperaban la caída del sol para desplegar sus artes de pesca, entre la curiosidad y la fascinación del foráneo. No pocas veces eran los mismos turistas los que ayudaban a tirar del copo en una estampa pintoresca que recuerdan muchos chiclaneros. No obstante fue en los años 80 cuando se prohibió su pesca al considerar que la parpuja es una sardina inmadura. ¿O no? Porque el alcalde de Chiclana, Ernesto Marín, y el delegado municipal de Fomento, José Manuel Lechuga, presentaron ayer una curiosa propuesta: solicitar que la pesca de la parpuja hecha de forma tradicional pueda desarrollarse en la zona de la playa de La Barrosa.
Para el alcalde, no se trata de una idea asumida en soledad por el Ayuntamiento sino que recoge «una petición ciudadana, de la Asociación de Productores de Pesca Artesanal Fresca 'Mar de Sancti Petri' y de diferentes colectivos de profesionales del sector de la pesca, de profesionales del sector pesquero, de empresas turísticas y de vecinos en general». Por todo ello, el regidor ya ha realizado la solicitud a la Secretaría General del Mar, dependiente del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, que implica «el permiso para poder desarrollar la pesca de la parpuja en la zona de la playa de La Barrosa».
Tal y como reconoció Marín, el objetivo que se persigue es doble. De un lado, «es recuperar oficios artesanales del sector primario». De otro, «desde el punto de vista del sector turístico, es un elemento fundamental de la economía chiclanera, pues sería un reclamo importante para atraer a más visitantes, que podrían disfrutar de este sistema de pesca, y que supondría una oferta complementaria, como así también lo es el proyecto de Bosque Pesquero», como reconoció el regidor. Y es que para Marín se trata de una actividad complementaria que representa «una experiencia única e histórica, con gran arraigo popular».
El delegado municipal de Fomento, José Manuel Lechuga, puntualizó la forma en la que se ha propuesto al Gobierno central sería por medio de una pescase «por medio de redes de cerco y siguiendo los métodos tradicionales de pesca». Por ello, desde el Ayuntamiento se ha solicitado «que se realicen los estudios oportunos para ver la viabilidad legal de esta actividad y que se tengan en cuenta tanto los criterios biológicos de la propia especie, como así también el desarrollo económico de nuestra zona», puntualizó Lechuga. Ahora, la pelota está el tejado de la Administración central. Y es que Marín lo tiene claro: «No es fácil, pero tampoco imposible, y el mundo no está hecho para los pusilánimes, y para liderar es necesaria una dosis importante de utopía».