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Terry O'Neill, la mirada invisible
La muestra 'El rostro de las leyendas' reúne 66 retratos del fotógrafo que mitificó a actores, músicos, modelos y políticos del siglo XX Sombra de Frank Sinatra, lanzó las carreras de los Beatles, los Stones o Kate Moss
MADRID. Actualizado: GuardarSu silencio vale tanto como sus imágenes. Churchill, Mandela, Margaret Thatcher, Isabel II, Pelé, los Beatles y los Rolling, Frank Sinatra, Ava Gardner, Audrey Hepburn, Sean Connery o Kate Moss se rindieron ante la cámara y el encanto de Terry O'Neill (Londres, 1938). El legendario fotógrafo invisible les mitificó con sus retratos y calló lo que vivió con ellos. Sus imágenes se reúnen en la muestra 'El rostro de las leyendas', que recorre la trayectoria del genial fotografo británico, que sedujo y catapultó con su cámara a mitos del cine, la música, la moda y la política de la segunda mitad del siglo XX. La Fundación Telefónica exhibe en sus salas de Madrid 66 retratos, desde unos imberbes Beatles y Stones hasta la serie que le convirtió durante tres décadas en la sombra de Frank Sinatra, o su rutilante constelación de astros del cine.
Cristina Carrillo de Albornoz, la comisaria, centra la exposición en unos retratos intimistas y muy naturales. Se exhiben en seis espacios: supermodelos; política, realeza y deporte; los años 60; los años 70; Hollywood y los años 80 y Estrellas del Pop y del Rock. Arranca con la última fotografía pública de Winston Churchill y concluye con la instantánea del 90 cumpleaños del expresidente sudafricano Nelson Mandela y el retrato oficial de Pelé para el Mundial del fútbol de Brasil.
La espontaneidad y la cercanía están en el ADN fotográfico de O'Neill. La discreción para manejaba su pequeña réflex y el tiempo que dedicaba a sus modelos son sus infalibles herramientas. Cuando se usaban aparatosas cámaras de grandes planchas, irrumpió con su pequeña cámara de 35 milímetros «comprada en Fleet Street que me permitía tomar las fotos de manera espontánea, discreta y directa; fue una puerta de bienvenida a la fama», dice.
Mantuvo O'Neill siempe su estilo natural y directo. «Ser invisible, tener paciencia y saber combinar discreción y mano izquierda» son para él las reglas de oro de un buen fotógrafo. Hoy acepta encargos de forma esporádica y excepcional, como retratar a Isabell II de Inglaterra, las últimas fotografías oficiales de Nelson Mandela en 2008 o la foto oficial del Mundial de fútbol de Brasil en 2014, en la que aparece Pelé con la Copa del Mundo y que se exhibe por primera vez.
Fotógrafo temprano de los Beatles y los Stones, captó su primera imagen del cuarteto de Liverpool en 1963, en el patio de los míticos estudios Abbey Road durante la grabación de 'Please, please', su primer disco. Por primera vez un grupo pop fue portada de un periódico, el 'Daily Sketch', que agotó su tirada.
Vivió O'Neill a tope los 60 y los 70 en un Londres en ebullición. Fotografió a David Bowie y Elton John -lanzó su carrera con unas fotos en Vogue-, a actores como Michael Caine o Julie Christie, a diseñadoras como Mary Quant y a míticas modelos como la pionera Twiggy, Jean Shrimpton, Naomi Campbell o Kate Moss.
El animal más bello del mundo, Ava Gardner, refulgió ante su objetivo, como Raquel Welch, Brigitte Bardot, Faye Dunaway o Goldie Hawn. Retrató a Marlene Dietrich en su último concierto en Europa y a Romy Schneider un par de meses antes de su fallecimiento. Pero O'Neill solo se rinde ante Audrey Hepburn, «la estrella más distinguida que he fotografiado». «Perfecta, bellísima e irrepetible; era imposible tomarle una mala foto. No habrá una nueva Audrey», asegura.
Durante tres décadas fue la sombra de Frank Sinatra. «Nunca fuimos amigos», acota este testigo cercano y sigiloso de 'La voz', que le permitió acompañarlo a todas partes desde su encuentro en el rodaje de 'La mujer de cemento' (1968). «Lo mejor para un fotógrafo es ser ignorado. Podía entrar y salir a mi antojo y tomar las fotos que quisiera. Trabaja maravillosamente con una espontaneidad que ahora es imposible. Los relaciones Públicas lo complican todo», lamenta O'Neill, que niega a los paparazzi la condición de fotógrafos.
En Hollywood, con la ayuda de sus amigos Michael Caine y Richard Burton, entró en la crema y fotografó a astros del cine como Steve McQueen, Al Pacino, Robert Redford, Clint Eastwood, Groucho Marx y Paul Newman. O'Neill es el único que ha inmortalizado a todos los actores que han sido James Bond. Se queda con Sean Connery, «el hombre más masculino al que he retratado», dice recordando que quiso ser músico de jazz y se hizo fotógrafo «por casualidad».