Tabaco de contrabando

La proximidad de Gibraltar y la presencia de un puerto como el de Algeciras, puerta de mercancías del sur de Europa, han favorecido la entrada de tabaco ilegal en la provincia. Sin embargo, lo que ha sido siempre un trapicheo doméstico para sacar un pequeño sustento se ha convertido en el último año en una práctica a gran escala. Uno de los culpables de este negocio, que se ha desbordado y mantiene en jaque a los estancos gaditanos, es el mercado chino. Se trata de las falsificaciones de tabaco rubio que vienen de oriente a un precio más barato y que se cuelan en la península, sobre todo, por Algeciras, Canarias, Valencia y Barcelona.

La Guardia Civil ha redoblado sus esfuerzos para combatir este fraude, que escapa de las redes fiscales de la Agencia Tributaria. El pasado año, por ejemplo, Hacienda dejó de ingresar unos cien millones de euros por el tráfico ilegal de tabaco. Pero, el problema es ahora más grave si cabe que hace unos años. La venta clandestina se hacía hasta ahora a través del boca a boca, es decir, un conocido viajaba a Gibraltar y venía cargado con cartones para vender. Este era el negocio a pequeña escala para sacar un sobresueldo y llegar a final de mes. Sin embargo, la situación ha cambiado ahora con la crisis. El tráfico de tabaco se ha extendido y su repercusión en el mercado es mayor. Los estanqueros y los propios fabricantes reconocen que el 35% del tabaco que se consume en la provincia procede del mercado ilegal. Los últimos datos revelan que las dificultades económicas por las que atraviesan miles de familias gaditanas ha llevado a reparar en esta actividad y es frecuente que el tabaco ilegal se venda ya en algunos bares, bazares y pequeñas tiendas de ultramarinos, como denuncian los estanqueros. En este sentido, es conveniente la implicación de las policías locales, porque el contrabando, además de un perjuicio económico, en este caso es también un problema de salud.