COSER UNA TAZA

EL ANILLO

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Al hacer la enumeración de la cantidad de proyectos pendientes en la ciudad, no me provoca otra cosa que tristeza. Tristeza al leer las noticias de estos proyectos y la deriva de cancelaciones, atrasos u olvidos que todas las administraciones están teniendo. Y es así porque la mayoría, por no apurarme a decir todos, son de promoción pública. Esto te hace pensar y reflexionar: ¿Realmente ha habido un plan consolidado, un objetivo común más allá de «ocupar y consolidar» todos los vacíos urbanos que tenemos en Cádiz? Al enumerarlos por un ejercicio en el proyecto fin de carrera que estoy haciendo, se nota esa indecisión, falta de planeamiento, torpeza, desorden y falta de sentido común que se está teniendo. La excusa es la crisis, pero la excusa encubierta es y será esos adjetivos que he relatado anteriormente y que son maquillados por esta recesión. Si la crisis no nos hubiera golpeado, estoy segura de que hubiera ocurrido lo mismo, o lo que es peor, algunos de estos proyectos se hubiesen llevado a cabo y no habría salvación. Tendríamos más mamotretos públicos disponibles, cerrados, como la fábrica de salazones. Y es además tanta la desinformación, que para explicar estos «futuros» proyectos únicamente nos encontramos con una imagen idílica, descontextualizada y con escasa resolución en las páginas tanto de este periódico como de otros muchos. Y no es por culpa de los medios, no, porque la información escrita está, pero la visual, la directa, parece que se la guardan para eso, para no demostrar esa torpeza y falta de coherencia que veo clara si abrimos cualquiera de estas imágenes. La lista es desoladora, y es más desoladora aún porque se trata de eso, de una lista, y no de un plan. Incluso el PGOU provisionalmente aprobado habla de que no sea necesario un planeamiento de desarrollo para cada una de las actuaciones. Que sea como el anillo único, el Plan que nos gobierne a todos. Eso es saber delegar, eso es trabajo en equipo, eso es gobernar. Y da igual, porque no se tiene ni vergüenza para publicar un número tan desolador como los 63.871 habitantes gaditanos que no tienen estudios o son analfabetos. Son el 51% del censo total, electoral mucho más. Así pueden hacer lo que les dé la gana. Porque conviene.