Trujillo, ayer en Sevilla, camino del despacho de la juez. :: J. FERRERAS. EFE
ANDALUCÍA

El chófer de Guerrero gastó 25.000 euros públicos en cocaína al mes

Relató a la jueza de los ERE cómo el exalto cargo de la Junta tramitaba las ayudas en un bar y siempre a personas de su entorno

SEVILLA. Actualizado: Guardar
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Los detalles más escabrosos del supuesto fraude de los ERE pagados con dinero público se han colado por las rendijas de la campaña electoral andaluza. A cuatro días de la cita con las urnas, el chófer de Francisco Javier Guerrero, el exdirector general de Trabajo encarcelado por el caso de corrupción, relató ayer a la jueza cómo llegó a gastar en droga para ambos hasta 25.000 euros mensuales de las ayudas públicas que recibió. Certificó además que el exalto cargo «presumía» de su capacidad para lograr subvenciones cuyos beneficiarios siempre eran personas de su entorno o conocidos del partido socialista.

La jueza imputa inicialmente al conductor Juan Francisco Trujillo, que trabajó para Guerrero entre 2003 y 2007, once delitos continuados: tres de obtención indebida de subvenciones, uno de falsedad en documento mercantil, uno continuado de cohecho, uno de trafico de influencias, uno de inducción a la prevaricación, uno de malversación y tres de falsedad en documento oficial. Su declaración sirvió también para concretar el modus operandi que tenía el que fuera alto cargo de la Junta entre los años 1999 y 2008, al menos fuera de la sede oficial. Después del almuerzo, 'trasladaba' el despacho a un bar de copas, donde quedaba con los empresarios y peticionarios de las ayudas que días más tarde serían recibidos en la sede de Empleo.

Guerrero solía «presumir» de la capacidad que tenía para conceder las subvenciones y, en varias ocasiones, se mostró «molesto» por los retrasos y porque «le paralizaban» los pagos de las ayudas.

Personas cercanas

De hecho, una vez salió «muy enfadado» de una reunión en la Consejería de Presidencia con su titular, Gaspar Zarrías, según relató el conductor a Mercedes Alaya, a la que reconoció que las ayudas se concedían casi siempre a personas «cercanas al propio Guerrero o al PSOE», dijo.

El interrogatorio judicial, que continúa, también trató de averiguar cómo el chófer resultó beneficiario de diversas ayudas, hasta un total de 1,3 millones de euros, o pudo incluir a su madre como «intrusa» en uno de los ERE, tras falsificar su firma en el despacho de Trabajo, y cobrar él mismo los 122.000 euros de la póliza.

Trujillo, que estuvo muy nervioso, admitió que fue el exdirector de Trabajo quien, cuando estaban en un bar de copas, le ofreció la posibilidad de concedérselas si creaba alguna sociedad. Según fuentes judiciales, el chófer explicó que entendió la propuesta como una invitación a crear empresas ficticias. Las creó en un solo día, pero acabó levantando las sospechas de la Agencia Tributaria por no tener actividad de ningún tipo. También elaboró dos informes de asesoramiento para sendas empresas que se acogieron a un ERE subvencionado por la Junta de Andalucía.

La declaración del chófer evidencia la cercanía de trato entre el exdirectivo encarcelado por este caso de corrupción y su subordinado, a quien acusa de implicarle en el fraude de los ERE en venganza porque influyó en su despido. Explicó que gastó poco más de medio millón en comprar dos fincas y un piso y que, con parte del dinero que recibió, invitó a su jefe a tomar copas y drogas. Reconoció haberse gastado en un mes 25.000 euros en cocaína porque «consumían a todas horas» y esa sustancia ayudaba a Francisco Javier Guerrero a «mantenerse despierto». Según sus cálculos, podían consumir entre cinco y diez gramos cada uno al día.

El conductor explicó, además, que solía ir a comprar las drogas cada pocos días y que fue el propio Guerrero quien le presentó a una persona que le indicaba dónde comprar la coca. Una vez adquirida, Trujillo la distribuía en bolsitas y le daba a su superior una «cada cinco o diez días».

Aparte de las juergas, el conductor agradeció a su jefe las ayudas de diversas maneras: relojes, un piano, cuadros en un anticuario, etcétera. Según sus cálculos, se gastó al menos 2.000 euros en ropa y otros 1.000 euros en teléfonos móviles para Guerrero, a quien también entregó entre 60.000 y 80.000 euros en mano.

Sobres y regalos

Trujillo desveló que durante el año 2007, y «por indicación» de Guerrero, viajó en dos ocasiones a Madrid al objeto de recoger dos sobres con dinero de la compañía aseguradora Vitalia Vida. El primero de estos viajes lo realizó a mediados de dicho año, cuando acudió a la estación de Atocha y el directivo de Vitalia Vida Antonio Albarracín le hizo entrega de un sobre que contenía «billetes grandes». El segundo de los viajes lo realizó en octubre, y en esa ocasión Albarracín le entregó en su propio despacho un segundo sobre con dinero.

También remarcó que Guerrero recibía «muchos» regalos, y citó el caso del propietario de una gasolinera que regaló al exdirector general de Trabajo un equipo GPS, un DVD y dos pantallas de televisión para el BMW de éste último. Trujillo admitió que sus empresas emitieron hasta cuatro facturas falsas por 97.800 euros, y que actualmente sigue cobrando el paro de forma «indebida» después de ser dado de alta «unos días» en dos empresas, donde nunca ha trabajado, para así tener cotizado el tiempo suficiente para poder percibir prestación.