Dos mujeres persiguen a un hombre que intenta sentarse a pedir. :: C. C.
SAN FERNANDO

Calle peatonal, territorio indigente

Aumenta el número de personas que piden limosna en el centro de la ciudad. La Policía Local vigila a varios grupos de mendigos para evitar que se produzcan enfrentamientos

San Fernando Actualizado: Guardar
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Tiene la mirada clavada en el suelo y no despega sus ojos de los zapatos. Teme hacerlo, a pesar de que no para de caminar y no visualiza lo que tiene delante, ya que le persiguen dos mujeres de nacionalidad rumana como si fueran sus sombras. Mastica palabras y de vez en cuando lanza un refunfuño al aire. «La calle es de todos, yo no sé por qué no me puedo poner ahí». Lo hace sin aspavientos y sin ningún otro gesto que el de tirar de su carrito. Sabe que cualquier movimiento que no sea el de caminar mirando al suelo le va a traer un enfrentamiento con las dos mujeres, que recorren detrás suya varios metros de la calle Real (en las inmediaciones del Ayuntamiento), para evitar que se ponga a pedir en el lugar.

Ya sea consecuencia de la crisis, de la peatonalización de la calle Real y el aumento de personas por el centro, de la ausencia de lluvias y las buenas temperaturas, o quizás una mezcla de todo. Lo cierto, es que cada día aumenta el número de personas que buscan un hueco en la calle Real y también las comerciales del centro (Rosario y San Rafael) para pedir una ayuda económica con la que aliviar su situación.

Por ello, ante la acumulación de mendigos e indigentes, cada vez es más frecuente que se produzca algún tipo de enfrentamiento por conservar una esquina o un espacio. Hace unos días un hombre con una bicicleta y un acordeón se paró en frente del Centro Obrero y mantuvo una pequeña disputa con otra persona que se sienta allí con su guitarra. Al final suele llevarse la contienda el que lleva más tiempo en el lugar.

La Policía Local asegura que por el momento no tiene constancia de que se hayan multiplicado los conflictos por esta circunstancia, aunque sí está pendiente para evitar tales comportamientos. Además tiene controlado a un grupo de mendigos e indigentes que cada vez es más numeroso y que realiza reuniones y encuentros en diferentes puntos de la ciudad y principalmente en el centro. Según el día los agentes tienen que acudir en más o menos ocasiones debido a disputas entre ellos como consecuencia del alcohol.

Buscar dinero

La forma de pedir es muy variada y es cierto que hay muchos que aparecen según los días o temporadas. Desde tocar un instrumento a realizar bailes con marionetas. Llamar la atención disfrazado de niño pequeño metido en un carro o la de explicar en un cartel la situación que se padece. Todas estas formas se pueden encontrar en un paseo por la calle Real y también aledañas.

En la plaza Alameda hay mayor tolerancia y está surgiendo una especie de mercadillo de libros y películas, monedas antiguas y otros utensilios. Además hay otro fenómeno que se está dando y que también se puede observar en el municipio. El cambio de perfil de la persona que pide. Ahora se pueden ver a personas más o menos arregladas, que muestran vergüenza por su situación y que intentan incluso pasar desapercibidas, a pesar de tener un plato para que se eche monedas delante suya. Cuando consiguen algo de dinero prefieren esconderse y acudir a lugares en los que haya pocas personas y se pueda pasar el día sin más sobresaltos que estar sentado en un banco. De hecho, hay quien pasa varias horas en diferentes plazas, moviéndose según se va llenando de pequeños con sus padres.