Sociedad

MALES GANANCIALES

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En la cultura china, que no pertenece exclusivamente a los dueños de los restaurantes, abundan las consideraciones sobre la suerte. Han llegado a la conclusión temporal, aún no definitiva, de que vale más una cucharada de suerte que un barril de sabiduría. Nosotros le deseamos al nuevo Gobierno si no toda la suerte del mundo, que sería egoísta, una buena parte . Más que nada por la parte que nos toca.

Rajoy, según dicen los que no han quedado excluidos, ha formado un equipo muy sólido, pero lo malo es que nos falta liquidez. Cataluña no paga al Estado y la Generalitat acuerda con el Gobierno aplazar durante un mes el abono de las cotizaciones. Se están rindiendo cuentas, ya que estaban todas cercadas y es mentira que resistir sea vencer. Toda resistencia es un aplazamiento de la derrota y llega en un momento en que se agotan los mendrugos en Numancia y Sagunto.

Que se lo pregunten a Duran i Lleida, que parecen dos, pero que él solo debe un millón de euros en hipotecas, aunque tenga tres casas y dos coches. ¿Cuáles serán nuestras posibilidades? Solo sabemos que todos conseguimos vivir por encima de ellas.

Los diputados están exponiendo bienes y rentas a las Cortes, pero faltan datos. Entre los suministrados abundan los que son un «poquito demasiado llamativos». Los cuatro miembros del Gobierno más adinerado que tendrán que repartir equitativamente nuestra ruina son Rajoy, Arias Cañete, Soria y Báñez. Los políticos más solventes están entrampados, pero confían en que no puedan declararlos insolventes. No tienen nada que temer. Por el contrario, sus deudas personales les acercan al pueblo. «Son como nosotros», dicen los que carecen de deudas y de casa y de trabajo, pero se equivocan. Sus casos son iguales, pero distintos.