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IU se marca como desafío aglutinar a toda la izquierda
Lara aspira a ser «la voz de la calle» y llevar al Congreso las protestas de sindicatos, parados e indignados contra los previsibles recortes
MADRID. Actualizado: GuardarIzquierda Unida ya no quiere pensar en pequeño. Ya no se conforma con reunir a los cientos de miles de votantes que quieren ir más allá de donde el PSOE está dispuesto a llegar. Quiere aprovechar el hundimiento de los socialistas en estos comicios para lanzarles una OPA y arrebatarles su ala izquierda, el colectivo que dio la espalda con más fuerza a Alfredo Pérez Rubalcaba y causó la inmensa sangría de votos. Cayo Lara, después de felicitar ayer a su propia coalición por su «magnífico» resultado electoral, que permitió romper con 15 años de fracasos en las urnas, desveló la estrategia para los próximos cuatro años: «Aspiramos a ser la fuerza hegemónica de la izquierda».
Su objetivo es una coalición sin complejos, con la ambición de la formación que en 1996 permitió a Julio Anguita tener el respaldo de más de 2,6 millones de ciudadanos e integrar un grupo parlamentario de 21 diputados que representaban al 10,5% del electorado. Lara cree que la federación ya dio el domingo el primer paso en ese camino cuando, con casi 1,7 millones de sufragios, el 6,9% del total, recuperó más de 700.000 votos que desde hace una década habían ido a parar al PSOE ante el llamamiento al voto útil de la izquierda. El resultado, con todo, parece aún insuficiente en IU, a pesar de que le permitió escalar hasta los 1,7 millones de apoyos, pasar de dos a once diputados, ser la segunda formación con mayor ascenso electoral, tras UPyD, y afirmarse sin oposición como el tercer partido nacional.
Para consolidar la estrategia están obligados a marcar con nitidez las distancias con el PSOE en esta legislatura para reforzar la autonomía del proyecto de IU. Lara dijo ayer que no quería ser «prepotente», pero adelantó una escasa colaboración política con este partido, al que no ve «encaje» en la izquierda alternativa que patrocina porque cree que se ha olvidado de sus siglas socialdemócratas al abrazar «las políticas neoliberales». No descarta acuerdos puntuales con los socialistas, «como con cualquier otro grupo». «Mucho tendría que cambiar» el PSOE, añadió Lara. La izquierda «hegemónica» a la que aspira el coordinador de IU no solo abre la puerta a los millones de desencantados socialistas y a los miembros del movimiento indignado sino que buscará profundizar en la tarea de integración o colaboración con otros grupos abordada en la confección de las listas.
La obtención de tres diputados en Barcelona tiene mucho que ver con su entente con Iniciativa per Catalunya y el nuevo escaño por Aragón con el pacto con la Chunta. La mejora en otras circunscripciones no es ajena a la alianza con listas verdes en varias regiones.
Sin Amaiur
Los planes de Cayo Lara excluyen de este proceso a la izquierda independentista, Esquerra, BNG o Amaiur, pero, aunque aún no ha dado pistas, su vista no debe estar muy lejos de contactar con proyectos en fase de expansión como los coaligados Equo y Compromís, que entre ambos sumaron 335.000 votos el domingo y lograron un escaño por Valencia.
El camino elegido para ser el referente político de toda la izquierda, según Lara, es convertirse en «la voz de las reivindicaciones de la calle» en el Congreso, en el grupo que secundará y trasladará las protestas que no duda que los sindicatos, los parados, los indignados, las asociaciones o los desahuciados protagonizarán contra los recortes sociales y laborales que, a su juicio, abordará el PP con la mayoría absoluta. No duda en que frente al «muro» parlamentario de los populares la contestación se trasladará a la calle. Anticipó que allí estaría su partido, «porque no nos vamos a institucionalizar».
Lara, no obstante, tiene un obstáculo en su proyecto de referente de la izquierda que en su día no tuvo Anguita. UPyD, el partido de Rosa Díez, tiene una oferta política difícil de clasificar, pero que sin duda trabaja en el campo del centro-izquierda. La prueba es que en las pasadas elecciones capturó un grupo de antiguos votantes del PSOE al menos tan grande como el que retornó a IU.