«Me veo en la calle con mis tres hijos»
Clemente Ruiz, el principal imputado del desfalco, recibe una carta de desahucio. Asegura que no puede hacer frente a las facturas ni al alquiler, ya que lleva casi tres años cobrando 600 euros para toda su familia
San Fernando Actualizado: GuardarUn día se levantó de la cama. Como cada mañana se afeitó, peinó y se vistió para acudir a su trabajo. Lo que no sabía es que no regresaría a su casa, que pasaría esa noche en el calabozo acusado de llevarse dinero de la caja municipal. Desde entonces la suerte de Clemente Ruiz, principal imputado del desfalco, solo ha ido a peor. Hace escasamente unas semanas se cumplieron dos años de su ingreso en prisión y hace escasamente unos días recibió una carta de desahucio por el impago del alquiler de la vivienda en la que reside. Los 600 euros que cobra, tras ser suspendido por el Ayuntamiento de su empleo, no son suficientes para mantener a una familia de cinco miembros y a su suegra, que aunque aporta su pensión tampoco es suficiente para tirar con todos los gastos cotidianos. Y entre las pesadillas de las facturas se cuelan las que tiene por su paso en prisión, un recuerdo imposible de borrar.
«Desgraciadamente aflora a cada momento. Yo me levanto a las cuatro o las cinco de la mañana pensando que estoy allí. Pero lo que me está matando es el sufrimiento a todos los niveles que está sufriendo mi familia. No solo psicológico, que tengo que decir que todos estamos en tratamiento sino que también económicos. Me veo en la calle con mi mujer y mis tres hijos y también mi suegra que vive con nosotros. Tengo una casa que no puedo pagar y un desahucio pendiente con el miedo a que me echen en cualquier momento no sé si será el mes que viene, en enero o febrero».
Su vida ha cambiado en más aspectos. La persona que antes paseaba de manera desapercibida por las calles de la ciudad, ahora lo hace bajo la atenta mirada de los presentes y los cuchicheos de las personas que pasan a su lado. «Tengo amigos que ponen la mano en el fuego por mí. Pero el resto de ciudadanos con todo lo que han leído se han hecho una imagen mía que me afecta en lo social». Hace tiempo que dejó de creer en aquello de que: «hasta que no se demuestre lo contrario todo el mundo es inocente». Asegura que ahora mismo es imposible que vuelva a su trabajo y lo cierto es que no sabe qué hacer para conseguir dinero porque ve cómo no puede salir «a comprar ropa o un capricho a mis hijos y tengo uno con una discapacidad que necesita mucho dinero. Ya estoy desesperado. El nuevo Gobierno no resuelve ni mi situación ni la de mi compañera y llevamos casi tres años cobrando únicamente 600 euros».
Es consciente de que hay personas que piensan que su situación actual es solo una fachada, una apariencia que pretende dar para demostrar su inocencia, para dar la imagen de ser una persona que no tiene dinero y mucho menos que se ha llevado casi ocho millones de euros. «Si fuese una pantomima puedo asegurar que mi familia no tendría penurias y por ejemplo tendría calefacción que me falta y cosas elementales estarían cubiertas. Pero sobre todo si hubiera tenido dinero no habría estado siete días en la cárcel con la libertad en mano y sin capacidad para pagar fianza. A los que piensan eso me gustaría que estuvieran un solo día en prisión, solo un día con la certeza de que no puede salir porque le falta dinero. Eso no se aguanta y yo estuve siete días así. Ojalá fuera una pantomima, sobre todo ahora después de todo lo que he pasado, porque ya no tengo forma de salir de esto».
Su defensa
Sigue defendiendo su inocencia y no entiende cómo todavía no se ha realizado una investigación paralela que se centre de forma exhaustiva en todas esas personas que firmaron y dieron su visto bueno a las operaciones. Él se acoge a sus funciones y a la responsabilidad del resto de la plantilla de Economía y Hacienda para desviar las sospechas hacia otros cargos «que fueron los que hablaron de robo. Porque allí todos sabían que faltaba dinero y resultó que no fue un robo hasta que ellos quisieron y me acusaron a mí. Antes era un dinero que estaba controlado, qué casualidad que lo estuviera hasta que la Cámara de Cuentas revisó los documentos, fue entonces cuando ocurrió un robo».
Pero, las últimas noticias que han surgido han vuelto a centrarse en su relación con una familia marroquí. Una supuesta relación que estaba centrada en dar salida al dinero que Clemente sacaba de la caja, según uno de los últimos tomos del sumario. «Para empezar tengo que decir que ellos están sufriendo las consecuencias de este caso de forma injusta. Ellos nacen cuando conocen a Clemente Ruiz. Tenían una vida y negocios en diferentes lugares como Málaga o Ceuta y vivían muy bien. No sé si pueden o no justificar el dinero pero tampoco se puede centrar la investigación a una serie de años».
Pero va más lejos, porque Clemente asegura tener suficiente datos para rebatir de todo lo que se le ha acusado incluso el ser avalista «algo que hice porque éramos amigos». Aún así sigue haciendo razonamientos sobre las incongruencias que según el ex cajero existe en las consideraciones de la investigación. «En primer lugar si yo hubiera querido sacar el dinero hubiera borrado todas mis relaciones con esta familia y no hubiera sido avalista de uno de sus negocios. Por otro lado si se monta un negocio con ese dinero digo yo que será para blanquearlo y no para que dé pérdidas. Cómo va a dar pérdidas si la cuestión es blanquear el dinero. En fin hay muchas incongruencias».
Pero por el momento no puede rebatir ninguna porque sigue sin saberse nada del juicio ni del proceso del Tribunal de Cuentas. Mientras llegan Clemente tendrá que seguir durmiendo con el temor de que al despertar puede que le echen de la casa en la que vive junto a su familia «y la verdad qué no sé qué haré entonces».